Clara Goodman, es la primogénita de la familia Goodman, una familia de empresarios de Nueva Zelanda, su madre murió cuando ella tenía seis años, y su padre volvió a casarse poco después con una mujer que la odiaba, más aún cuando nació su hija. La vida de Clara durante su infancia un auténtico infierno. Los años más felices de la heredera, fueron cuando fue enviada por su padre, para estudiar en la Universidad en Estados Unidos, cumpliendo así la promesa que le hizo a la madre de Clara. Una noche que una compañera de la universidad le hicieron una jugada, tras emborracharla, y acabó pasando la noche con un desconocido, que resulto ser el multimillonario turco más poderoso de Asía, Azize Osman, Dueño del grupo Osman. A la mañana siguiente, Clara huyó, avergonzada sin dejar rastro de quién era ella, por el contario Azize pen, que ella era mujer de la noche, hasta que descubrió unas manchas rojas entre las sábanas, y eso él nunca lo olvidaría. Cuando dos meses después Clara descubrió que estaba embarazada. Ella quiso pedir ayuda a su padre, la manipulación de su madrastra, que le ofreció una cantidad de dinero enorme para que pudiera vivir, a cambio de que ella rechazara su herencia. Pero todo cambio siete años después, cuando el inteligente hijo de Clara, Mack Goodman, quiso saber quién era su padre biológico. ¿Saldrá el plan como quiere este pequeño genio? ¿Es ya demasiado tarde? ¿Podrá Clara vengarse de quiénes le hicieron tanto daño? Muchas preguntas por responder, en mi próxima novela.
Leer másClara.
Bar de la terraza del The Watergate Hotel, Washington, febrero 2016.
-” Por mí, esa zorra, puede ... morirse, ella... y .... y su maldita hija.”- dijo Morgan, mi mejor amiga y compañera de piso, entre la nube de alcohol que nos mareaba.
Yo sabía que estaba hablando de Ruby, mi madrastra, nunca me había dejado llamarla mamá, ni yo pensaba hacerlo, nunca se había comportado como tal, y también, por otro lado, estaba el caso de la mimosa Karen, con la cual, por lo menos, compartimos la mitad de los genes, aunque eso no quería decir que eso fuera suficiente para que ella me quisiera como su hermana mayor, más bien esa niñata de catorce años me odiaba.
-” Déjalo ya, Morgui no tengo ganas de hablar de ella, menos en estos momentos.”- le dije dándole otro trago a mi copa de champan caro.
Con mis veinte años recién cumplidos, y en mi segundo año de universidad en el Whitman College, en Washington, Estados Unidos, a más de trece mil kilómetros de Auckland, Nueva Zelanda, me sentía feliz por fin, después de años soportando el maltrato de esa maldita de Ruby. Quiero imaginarme que mi madre predijo que esa desgracia aparecería en la vida de mi padre, así que antes de morir, pensó en mí cuando le hizo prometer a mi padre que me enviaría a su alma mater en el Estado Unidos, para estudiar mi carrera de arquitectura, justo por eso estoy aquí ahora, lejos de mi pesadilla.
Desde que llegué, el año anterior, no he vuelto a Nueva Zelanda, la verdad no se me ha perdido nada allí, menos cuando casi nunca estaba mi padre, y desde luego yo no deseaba soportar la vena sádica y torturadora de la maldita Ruby y su maldita estirpe, sobre todo cuando desde hace un año me descubierto que había algo más que, insultos, golpes, castigos inhumanos parea una niña de tan corta edad, con razones tan estúpidas como no darle un juguete que me pertenecía, pero que se había antojado a mi caprichosa hermana.
Los años de abusos, y maltrato que tuve prácticamente desde que Ruby se casó con mi padre, pocas personas lo conocen, las amenazas y el miedo hizo que me callara, y no contar nada a mi padre, pero ser enviada a Washington para estudiar en la universidad, fue mi liberación, y Morgan fue mi primera y única amiga, y confesora. El odio de mi mejor y única amiga hacía la zorra y su maldita hija, como ella las llamaba, fue inmediato.
-” Lo bueno que tienes que sea una maldita millonaria es que tu padre cuando se siente culpable, por no visitarte, o porque tú no vuelves en vacaciones a tu casa, es que te inunda de dinero. “- dijo Morgan con la voz tomada mientras miraba a su alrededor el salón del club caro y lujoso que había en lo alto del The Watergate Hotel, mientras me arrebataba la cara, y casi prohibitiva, botella de champaña que tenía en la mano.
Hoy había recibido una tarjeta negra ilimitada, como siempre, como diferentes cajas de regalos que me había llegado de mi familia, en especial de Ruby, una forma de quedar bien con mi padre, ni siquiera me extraño recibir vestidos de lujos, y joyas, totalmente rotas y destrozadas, con una nota que ponía “Con cariño, tu madrastra”.
Desde niña, eso era algo que yo ya había vivido muchas veces, cada regalo que recibía de mi padre, esa maldita de Ruby lo revisaba, y le daba lo mejor, o lo que más le gustaba a su hija, y lo que Karen no quería, o le disgustaba, ella lo destrozaba delante de mí, para luego arrojármelo a la cara entre risas. Ni siquiera el personal de servicio decía nada, ya que todo el personal fiel a mi madre había sido sustituido por personal de confianza de Ruby, si era malo recibir tortura de esa maldita mujer, peor era cuando los propios sirvientes era mis torturadores, por órdenes de la señora de la casa.
-” Bueno de alguna forma consigo algo de retribución por años de castigo...”- no pude acabar de hablar cuando fui interrumpida por tres de las estúpidas más elitistas de la universidad, que nada más vernos en el club, se acercaron a nosotras.
-” Querida Clara, que extraño verte en este club, te suponía estudiando, esto es demasiado mundano para ti, y tu Morgan, no...”- mi amiga la interrumpió, en su forma más cortante y directa.
-” Perdona, Elisabeth, me están dando arcadas, me voy al baño.”- le dijo dirigiéndose al baño, mientras me hacía una señal, yo quise seguirla, pero fui obstruida por las dos estúpidas rubias teñidas que acompañaban a la capitana de animadoras de la universidad Elisabeth Morris.
-” ¿Qué quieres Elisabeth? Te lo advierto hoy no tengo buen día.”- le dije mirándola a la cara, con alguna sensación de mareo debido al alcohol que ya habíamos ingerido Morgan y yo.
-” Solo quiero hacer las paces, sé que no tienes nada que ver con la nota que Ton envió a esa idiota de Meredith. Por eso te ofrezco esta copa, siento haberte dicho lo que te dije delante de todos.”- me dijo Elisabeth rellenando una copa de cristal que había sobre la mesa, con mi caro champaña, ni me di cuenta de que esa maldita, en esa copa, no había dejado caer sólo ese líquido dorado y espumoso.
Creo que, tras beber la copa que ella me ofrecía, con cierto recelo, ya era algo extraño en ella, todo se volvió como estar en un tiovivo, y caí seminconsciente. Al día siguiente me enteré de que Morgan había sido encerrada en uno de los baños, pero tras liberarse, a patadas ya no me encontró, desatándose los infiernos.
Mientras, yo había sido transportada a una de las lujosas habitaciones del hotel. Sólo me queda decir, “Desconfía de los fenicios que vengan con regalos”, nunca esa moraleja fue más acertada.
Narrador.
-” ¿Cuál era el número de la habitación? ¿456 o 465?” - se preguntaba en alto Berta, mientras ayudaba a su amiga a sostener a la seminconsciente Clara, mientras la llevan a la habitación que Elisabeth les había ordenado.
-” ¿Yo que voy a saber, estúpida? Elisabeth te lo dijo a ti, y decídete, ya que he quedado con Bobby en mi habitación, y llego tarde.”- le dijo la otra gruñendo, mientras casi todo el peso de la heredera caía sobre ella, casi asfixiándola.
Ambas miraron la habitación que tenían más cerca, era la 456, la puerta estaba semi abierta con la puerta entornada, sin pensarlo entraron en ella, y arrojaron a una seminconsciente, acalorada, e incómoda Clara, sobre la cama. Después salieron de allí dejando la puerta como la habían encontrado, ambas sonrieron sabían que en unos minutos la estúpida ricachona, estaría acompañada por varios machos deseosos, que le destrozarían la vida, tal como alguien le había ordenado a Elizabeth que debía hiciera, a cambio de una gran cantidad de dinero, y un coche que todas compartirían.
Justo en ese momento, en un reservado del club de la terraza del hotel, un frustrado Haul miraba, con cansancio, a su serio y algo ebrio mejor amigo, ignorar a todas las bellas y seductoras mujeres que este le presentaba.
-” Comienzo a pensar, Azize, que tienes un problema ahí abajo. ¿O es que es verdad lo que se dice de que tus gustos van por otro lado?”- dijo con rabia contenida, increíblemente Azize sólo lo miró serio, con tención en la mirada, más callado que nunca. -” ¡Maldito gilipollas, bloque de hielo!”- pensó el ejecutivo turco.
Azize se sirvió otra copa, sin advertir que ese licor no era el que el normalmente solía usar, uno de sus amigos allí reunido, hizo un amago de advertírselo, pero Haul al ver que en su embriaguez el tempano Azize, había cogido el licor afrodisiaco que solía usar Haul para animarse con sus amiguitas, hizo un gesto para que, su otro amigo, no dijera nada.
-” Bueno amigo, tú mismo te has metido en esto, a ver lo fuerte que eres con tus impulsos alterados, si esto no funciona, nada lo hará” -dijo el ejecutivo mirando como el presidente de Osman Global se bebía de un trago el alterante líquido.
Pero al contrario de lo que pensaba Haul, cuando Azize comenzó a sentirse incomodo y acalorado, algo mareado, se levantó con dificultad, y en vez de ir a por una de las bellas damas que había en el reservado, salió con brusquedad y con algo de torpeza, para ser él, dejándolos a todos completamente paralizados, e incrédulos.
-” Señor Osman, lo siento, visto lo visto, la herencia de su familia acaba con su hijo, no hemos tenido éxito.”- fue el mensaje que se recibió en la mansión de antiguo CEO de los Osman en Estambul, casi de madrugada, por parte de un decepcionado y enfadado Haul Sezer, que comenzó a plantearse en dejar su amistad, con ese tempano de hielo que era su jefe, y mejor amigo.
Como prometí, esta novela acabó, sé que ha gustado, suelo leer vuestros comentarios, y me alegro, la verdad es que he comenzado a cambiar algo mi estilo, y esta es mi primera muestra. Como siempre os dejo mis dos próximas novelas, una de ella estoy deseando escribirla, por ser totalmente algo que nunca he escrito. Espero que os guste. El despertar de la guerrera Miller. (Saga Miller 5º libro) Amelia Paola Miller vivido toda su vida bajo el influjo y la protección de su familia, pero sobre todo por la pareja de sus padres, que es la más romántica, especial, amorosa, y estable, que hoy en día, no sólo ha marcado, sino que se impuesto como una necesidad, justamente como les ocurrió a sus hermanos mayores. La heredera, creció con la ilusión de ese gran amor, justo por eso, con apenas doce años, puso sus ojos en mejor amigo de su hermano Roy, y primogénito de los Blake, Angus Blake, hijo de sus padrinos, que tenía dos años más que ella, y alentada por la ilusión, de las dos familias, de
Clara. Hospital Gaziosmanpasa del Parque Médico de la Universidad de Istinye, Estambul, Turquía, finales de Julio 2025. -” Felicidades, es un niño.”- oí decir al médico entre gemidos, un dolor insoportable, y las palabas de ánimo de mi marido, sobre la camilla de paritorio. La emoción me invadió, y los labios de mi marido cayeron sobre los míos, fue en ese momento, entre las emociones, mientras revisaban los pediatras, a nuestro segundo hijo, cuando me di cuenta de que Azize Osman estaba llorando. -” Amor, prométeme que este será el último, es insoportable verte sufrir así, no puedo pasar por esto otra vez. Si con Mark también fue así, nada de lo que te dé en esta vida será suficiente para pagártelo.”- oí como hablaba entre llantos, mientras me abrazaba y me besaba. Nunca lo habia visto así, y no puede evitar consolarlo abrazándolo, mientras aun el médico y las enfermeras trababan de sacarme la placenta. Fui yo la que pasé por doce horas de dolor agobiante, un parto algo difíci
Clara. Villa de los abuelos Osman, Alanya, Turquía, Marzo de 2025. -” Bien, ya me puedes explicar donde demonios has estado esos cuatro días, maldita bruja oscura, eres la dama de honor peor de este mundo, me has abandonado y ... Espera, ... ¿Es eso que llevas en el dedo anular, un anillo de matrimonio, Morgana, maldita bruja, Wellington?”- estas últimas palabras, la dije casi a gritos, mientras le agarraba fuertemente la mano para ver, si lo que mis ojos veían era cierto. Un gemido de incomodidad, más el intento desesperado de soltar su mano, me confirmaron que lo que yo había visto era totalmente un anillo de boda. -” ¿Qué hiciste en estos días, Morgan Wellington? Suéltalo ya, o te torturo.”- le dije cruzando mis brazos sobre mi pecho, y mirándola con intensidad. -” Primero, ni yo sé exactamente lo que he hecho, aún estoy intentando entenderlo, y segundo para ti a partir de hoy, soy Morgan Sezer, aunque yo aún no me lo crea, es lo que pone en mi carnet, y en mi pasaporte nuevo.
Clara. Hospital Gaziosmanpasa del Parque Médico de la Universidad de Istinye, Estambul, Turquía, finales de Diciembre de 2024. -” Tranquila mi niña, tu padre se pondrá bien, ya ha despertado, aunque va a necesitar rehabilitación muchos años, y puede quedarle una cogerá, fue un auténtico milagro.”- dijo al fin tras unos segundos terroríficos, mi nana en mi oído. Al oir sus palabras, mi cuerpo, del alivio, y la tensión, perdió fuerza, haciendo que mis piernas fallasen, tuve que sentarme algo mareada. Tanto Morgan, como mi nana, se me acercaron preocupadas, pero yo sólo podía llorar, mientras la sensación de felicidad me embargaba. Era totalmente ridículo, mi padre desde lo seis años me había ignorado, justo con la edad de mi hijo, ese hombre desapareció de mi vida, sólo cumplió con las necesidades mínima de comida, vestidos, estudios, pero cuando llegó Ruby, muchas de esa cosa también desaparecieron, tengo todas las razones para odiar a Craig Goodman, todas las razones, y todas son
Clara. Hospital Gaziosmanpasa del Parque Médico de la Universidad de Istinye, Estambul, Turquía, finales de Diciembre de 2024. Un murmullo bajo e insistente, llegó a mis oídos, haciendo que saliera del sueño pesado en el que me encontraba, poco a poco comencé a abrir los ojos, estaba acostada en el sillón de la habitación de mi hijo, tapada con un abrigo masculino, que desprendía un olor que yo ya conocía bien, casi como el de mi propio cuerpo, frente a mí, los dos hombres que más amo en mi vida, hablaban mientras el padre de mi hijo le estaba dando de desayunar a un parlanchín Mark. No me moví, para mirarlos, en silencio, mejor la escena, desde donde estaba, la verdad es que no entiendo como fui tan ciega, sólo con mirarlos justos, se podía ver claramente que eran padre e hijo- Ahora entendía todas aquellas sensaciones que sentía siempre que estaba cerca Azize, incluso sin verlo, el día que lo iba a conocer mi mente se sentía inquieta, por no hablar de las sensaciones que me inv
Azize. Hospital Gaziosmanpasa del Parque Médico de la Universidad de Istinye, Estambul, Turquía, finales de Diciembre de 2024. Justo cuando Mark llegó a la habitación, ya nosotros estábamos esperando, llegó despierto, y al vernos hizo algo que demostraba que, a pesar de ser tan maduro, e inteligente, mi hijo es como todos los niños de su edad, y como tal, ante el miedo, busca a quien lo reconforte. Nada más ver nuestras caras de preocupación y ansiedad, Mark Osman, se echó a llorar llamándonos. -” ¡Mamá! ¡Mamá! ... ¡Papá!”- dijo entre sollozos extendiendo el único brazo que tenía libre hacía nosotros. No dudamos en ir a su lado, a abrazarlo con cuidado, no deseábamos hacerle daño. Ni siquiera me di cuenta de que de mis mejillas caían lágrimas de felicidad y alivio, simplemente, abracé a mi hijo, y a mi mujer, sintiendo que volvía a respirar al fin. No sé cuánto tiempo pasó, mientras oía llorar a Clara y a Marx, entre mis brazos, manteniendo mucho cuidado de no hacerle daño a mi h
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