51. La buena acción
Era un reloj y por su aspecto, parecía muy lujoso y caro, como casi todo lo de este hotel.
Emma lo pulió un poco con un paño limpio suave y lo dejó encima de la cómoda.
No sabía su lugar exacto y era mejor no fisgonear de más, en eso, la puerta de entrada de la habitación, se abrió de repente.
— … seguro se cayó con tanto apuro. Busca en el auto, porque ese reloj es un obsequio de mi padre. Me pondré otro, ni modo.
— Disculpe, Señor, pensé que estaba desocupada la habitación, ya estoy finalizando o puedo regresar más tarde
Emma se puso un poco nerviosa al encontrarse con un hombre entrado en canas y actitud seria e intimidante pasando en el cuarto.
— Tranquila, siga en su trabajo, solo vine a buscar algo y me retiro
Víktor vio a la mujer pelinegra y sin prestarle mucha atención se dirigió al cuarto que hacía de closet, donde guardaba una caja llena de relojes de lujo.
Emma recogió todas sus cosas de limpieza y las acomodó en el carrito.
Por un segundo se quedó mirando la espalda del