52. Emergencia
— En el trabajo— respondió en voz baja, preocupada por enfurecerlo de nuevo.
— Bien, sigue haciendo tus cosas tranquilas y no deambules, ve directo a tu casa, que la ciudad está muy violenta, ¿para qué me llamabas?
— Puedo…puedo pasar hoy por la hacienda a ver al bebé, por favor, hace días que no lo veo y lo extraño demasiado – ella le suplicó y Steve casi le pregunta si a él no lo había extrañado también, sin embargo, ahora mismo, no tenía ganas de más dramas.
— Héctor lo va a llevar a tu casa y lo recoge en la mañana, pasa la noche con él. Gabriel también te extraña.«Y yo también»
— ¡¿En serio?!— Emma exclamó de repente de la felicidad, llevándose la mano a boca y mirando a la puerta, esperando que nadie la haya escuchado
— ¿Cuándo te he mentido? – Steve suspiró pellizcándose el puente de la nariz.
Emma sospechaba que las cosas no iban bien. De la alegría pasó de nuevo a la preocupación, pero ¿qué podía hacer?
¿Darle su apoyo emocional? Eso sonaba muy lindo, pero era inútil.
Lo que