—¿Crees que puedes acomodarte en mi casa como una rata asquerosa, colarte en mi familia, mientras yo no estaba consciente y ahora creerte la dueña de todo lo que es mío? Estás muy equivocada muchachita. —Empieza a subir el tono de voz.
—Pues esta rata asquerosa es tu esposa, así que ahora te aguantas.
Lana, que no quiere seguir alterándose por el hombre, se dirige al baño a tomar una ducha.
—¿A dónde vas? No hemos terminado. No puedes irte así como así. ¡Muchacha! ¿Eres sorda?
El hombre grita con fuerza, pero Lana simplemente lo ignora, y sigue su camino. Toma una ducha reparadora, que demora muy poco, pues Callum no deja de llamarla, gritándole que se largue y que no la soporta, lo que ella aguanta, intentando ignorarlo, pero es difícil cuando realmente eres despreciada por quien cuidaste durante tantos meses. A pesar de estar en estado vegetal, tenía la sensación de que lo conocía y ahora, simplemente era nuevamente un extraño para ella, y un extraño no muy agradable.
M