Lunes. Otra vez. Y no un lunes cualquiera. Era uno de esos lunes que sabías que iban a apestar desde el primer segundo en que abrías los ojos y sentías que hasta la luz del sol tenía ganas de pelear contigo.
La primera señal de que el universo estaba en mi contra fue cuando derramé café sobre el manuscrito que estaba editando. La segunda, cuando abrí el correo y vi el asunto:
“Sobre tu novela: URGENTE”
—lo cual, en lenguaje editorial, suele significar: “Hola, estamos a punto de arruinarte el día”.
Respiré hondo y abrí el correo.
Querida Havana,
Hemos leído los primeros capítulos que nos entregaste.
Nos preocupa un poco la dirección del contenido: es... demasiado íntimo.
¿Podemos tener una llamada para hablar sobre los límites entre ficción y realidad?
PD: El personaje de “V” es increíblemente realista. ¿Inspiración personal?
Inspiración personal. Ja. Qué linda forma de decir “¿te estás acostando con tu personaje o qué?”. Me pasé la mano por la cara, hundida en mi sofá, con el gato dor