DANESA
La puerta esta cerca y la visualizo con una sola intención y es salir huyendo. Sus ojos me hablan, me dicen corre.
—Yo.
—Vas arrepentirte.
Oh Dios mío, el miedo se me dispara e intento correr, pero me sostiene del brazo tirándome a la cama y….
Los ojos le centellan en rojo ocasionando que se me estanque la saliva en la garganta.
—Eres una grosera, malcriada y rebelde.
Se me viene encima y me muevo con miedo intentando alejarme, pero su fuerza me domina, al tiempo que pega su cuerpo al mío.
—Por favor me disculpo.
—No es suficiente.
Sus ojos se unen a los míos acelerándome los latidos y su pierna abre los mios consiguiendo que el vestido se me suba. No tengo bragas y estoy abierta de piernas como en su oficina. La cara se me pone como un fogón cuando su mirada recae ahí en mi intimida mientras me sostiene las manos a cada lado de mi cuerpo.
—Tu—dice.
Con una mano sostiene las mías por encima de mi cabeza y siento que un rayo me golpea cuando su dedo toca mi coño húme