Salí de la universidad junto con las chicas, y lo primero que vi fue a Caesar recostado en su coche. Barbie, Clau y yo, Kendall, nos acercamos a él.
— ¿Qué carajos te pasó en la cara? — le pregunté, sorprendida.
Su rostro estaba lleno de golpes. Barbie se acercó a él y lo examinó detenidamente.
— ¿Con quién te peleaste? — le preguntó ella, preocupada.
Caesar sonrió y respondió con una sonrisa en su rostro.
— Eso no importa, lo importante es que he cancelado el compromiso — nos dijo, con un tono de satisfacción en su voz.
Tragué saliva, era evidente que se había enfrentado a Domenic.
— Te ves terrible — le comenté, preocupada por su estado.
Caesar sonrió nuevamente, como si estuviera tomando todo con humor.
— Me veo más sexy, muchas de las chicas que han pasado por aquí, me han comido con la mirada — bromeó.
Puse los ojos en blanco, incluso golpeado, no dejaba de hacer bromas de mal gusto.
— ¿Quieres más golpes? — le pregunté, tratando de ocultar mi preocupación.
Él me tomó de la cintu