Marisa se quedó perpleja. ¿Un guardaespaldas?
-Me contrató Leonidas Kantis -aclaró el hombre.
En aquel momento, llegó Stavros, que detuvo su Mercedes junto al todoterreno.
-Oficiales, Jake -dijo a modo de saludo. Luego tomó la mano de Marisa y se la llevó a los labios-. Marisa .
-La señorita Lannier acaba de llegar -dijo el guardaespaldas.
-¿Te importaría explicarme por qué necesito un guardaespaldas? -preguntó Marisa .
Leonidas la miró un momento y luego se volvió hacia los oficiales.
-¿Hace falta que nos quedemos?
-Necesitaremos una declaración suya mañana, pero de momento pueden irse.
-¿Te importa hacerte cargo del todoterreno, Jake?
-Ya he avisado al taller.
-Gracias.
Leonidas condujo a Marisa hasta su coche y la ayudó a entrar. Luego ocupó su asiento tras el volante.
-Más vale que empieces a darme algunas respuestas -dijo ella con el ceño fruncido.
-Estoy seguro de que eres lo suficientemente lista como para haber sacado tus propias conclusiones. Sospechábamos que Angelie había