— Me explicas que fue eso, Kiara le preguntó asombrada.
No me digas que es verdad, ella no es el tipo de mujer que a vos te atraiga.
— ¡Cómo me conoces mi amor!,
dice con esa sonrisa seductora.
— Es para pasar este momento, el Club está clausurado, no puedo ir a hoteles, porque estos malditos reporteros me siguen por todos lados.
Es para pasar el momento, hasta que pase esta tormenta, no te olvides que estoy en el ojo del huracán.
— Sí, ya lo leí en la mañana y con eso, ¿qué va a pasar?
— Una tonta que me arruino, me metio en un gran priblema, compre algunas drogas para pasar la noche y divertirme en compania de ellas y en lo mejor de la noche, mamá me llamó y tuve ir a casa, porque Aitiana no aparecía, yo me fui y esta idiota se consumió todo, como era gratis, se paso de vuelta.
— Bueno, entonces estás tranquilo, ¡No!
— No, porque fui yo quien las compró y aún no me puedo desprender del problema.
— En qué problema te metiste por culpa de esta inconsciente, ¿Puedes perder la libertad