- ¿Qué pasa, Renato? Te noto preocupado, dime, no estás feliz - dice mientras sus ojos se inundan de lágrimas.
Sé limpia las lágrimas, no se esperaba esa reacción de él, pero en el fondo temía que esto sucediera.
- No, Kiara, no llores, eso le hace mal al bebé – dice eso, cuando a Aitiana la hizo llorar y no le importó que dañara a su propio hijo.
- Está bien, tienes razón, nuestro bebé siempre tiene que estar feliz. Te amo Rena y siempre...
- No me llames de ese modo nunca más, entendiste Kiara - la interrumpe molesto, porque le recuerda cómo lo llamaba Aitiana.
- Está bien, perdón, es que no sabía que te molestaba.
- No me gusta que me llames de esa manera nada más, no estoy enojado.
- Bueno, dime, ¿estás feliz?
- Estoy sorprendido, es eso. No me esperaba que te embarazaras, pensé que te cuidabas. Un bebe debería ser planeado y no que llegue de este modo.
- Es que me cuidé, pero no sé qué falló. Yo también me sorprendí, pero si no nos quieres, puedo dejarte y nos iremos lejos.
- No,