Capítulo 38. Despejar la mente.
Narrado por Abby.
Odiaba terriblemente a mi hermano, ¿os lo he dicho ya? Había obligado a Emma a venir por mí para que me llevase a la fiesta de Cameron. Yo no tenía ganas de divertirme, tan sólo quería encerrarme en la habitación y seguir llorando, porque había perdido a mi pequeño guisante y a su padre en tan sólo un día. Ya no me quedaba nada. ¿Por qué había tenido que marcharse así sin más?
Cameron estaba espectacular aquella noche, llevaba un vestido de leopardo ajustado y unas botas altas.