Narrado por Dulce.
Mi amiga estaba muy extraña aquel día, estaba mucho más sonriente de lo habitual, y eso era terriblemente sospechoso. Incluso me dijo que volvería a ocuparse de la organización de la boda si así lo requería. Y por supuesto acepté, no había otra mejor que ella.
- ¿se puede saber qué es lo que te ocurre hoy? – pregunté al fin, mientras ella me enseñaba vestidos de boda, entusiasmada, y yo me fijaba en uno precioso – Abby.
- Ha pasado algo – me dijo, sentándose junto a mí en la silla, ignorando a la dependienta que seguía sacando vestidos, mientras ella le hacía una señal con la mano en señal de que nos dejase a solas.
- Me estás asustando – le dije, algo preocupada, mientras ella negaba, con una sonrisa de oreja a oreja.
- Alex vino