Una dolorosa despedida, una promesa por cumplir.
Por Louise Connelly.
La celebración estaba en su apogeo y creo que he comido tanto que estoy a punto de reventar y el sueñito me la está ganando, pero aguanto estoicamente. En medio de la conversación de los adultos escucho que llaman a mi padrino Chris y él se retira apurado, como siento que el sueño me la está ganando voy donde mi papito y le escucho hablar por teléfono.
—¿Pero que mierda me estás diciendo? —algo le deben estar diciendo que se pone rojo y un tanto molesto—. Mándame la dirección ya voy para allá…
—Papito.
—Louise, necesito que te quedes con James y Vannah, debo hacer algo importante.
—¿Todo bien, Aaron?
—No lo sé, pero debo ir donde está Chris ¿se pueden encargar de Louise?
—Sí claro, no te preocupes. Ve con cuidado—le dice la tía Vannah, meciendo mis cabellos.
—¿Todo va a estar bien?—pregunto un tanto asustada.
—Lo estará cariño, ahora nosotras dos nos iremos a casa a descansar, porotito ya tiene sueño.
—Será lo mejor, ya es tarde y creo que es momento de dormir.
Lo