Capítulo Dos

-Bienvenidos a nuestro humilde hogar, mi pareja y yo estamos muy agradecidos de ver tantas personas aquí reunidas en celebración de nuestros hijos-.

Aplausos de los invitados. Papá me soltó el brazo mientras hablaba y en su lugar ahora mamá lo acompaña, detrás de ellos mis hermanos y yo formamos una línea del mayor al menor.

-Como todos saben, hoy es un día muy especial pues mis hijos Julieta y Jace cumplen dieciocho años pasando a ser miembros oficiales de la manada, aparte de que en unos minutos tendrán su primera transformación-.  Continua mi mamá y puedo sentir el poder que desprende con cada palabra.

-¡Pero no solo eso!, también nos complace anunciar el compromiso oficial de nuestro hijo Julian con la señorita Bella, un aplauso para ellos, que su vida en pareja esté llena de felicidad-.

Julian se separa de nosotros con las felicitaciones de todos y camina a donde está el Beta de papá con su familia. Bella tiene puesto un bonito vestido rosa de encaje corto a la rodilla, en corte princesa y sin nada de transparencias. Cuando llega enfrente de la chica, inclina la cabeza en señal de respeto hacía su padre y luego extiende la mano, Bella la toma, Julian deja un beso en el dorso de la misma, (todo un caballero mi hermano), y los dos caminan de regreso a nosotros.

Mis hermanos y yo los vemos con una sonrisa enorme. El primero en casarse, el primero en dejarnos. Me pregunto quién será el siguiente.

-Por último pero no por eso menos importante. A nuestra manada y a nosotros nos complace anunciar oficialmente a nuestro primogénito Jackson, como el heredero y futuro Alpha de la manada. Qué cuándo llegue su momento sepa guiar a todos los lobos con sabiduría-.

Miro de reojo a Jackson mientras mamá habla y por una vez en su vida su sonrisa presumida desaparece por una llena de agradecimiento y humildad. Caray, ¿Acaso es un sonrojo lo que estoy viendo?, ¡Me muero de ternura!, me burlaré de esto más tarde.

-Gracias por celebrar todo esto con nosotros, ¡Qué la fiesta comience!-.

Mi papá anuncia y de inmediato las notas del vals se escuchan. Rápidamente papá toma a mamá por la cintura para dar vueltas por la pista de baile. Julian baila con Bella. Jackson con Anastasia. Y yo con Jace.

Las cuatro parejas nos movemos al compás de la canción, totalmente sincronizadas y sin fallar ni un paso. Hemos ensayado esto durante al menos tres meses, y no pudo salir más perfecto. Mientras los brazos de mi hermano me alzan en una pirueta siento como mi corazón quiere explotar de alegría, las personas de nuestro alrededor nos miran embelesadas, unos nos lanzan miradas de envidia o celos, otros de admiración y respeto. Susurran en voz baja entre ellos.

Pero no me importa, estoy viviendo un sueño en estos momentos y no pensaba dejar que nada estropeara esta noche.

Al principio odiaba las lecciones de baile, me parecía de lo más ridículo tener que desperdiciar esas horas de mi vida cuando podría estar entrenando, pero mientras las semanas pasaban le fui cogiendo cariño. Por eso sentí un poco de pena cuando por fin las notas finales sonaron y llevaron a la melodía a su fin.

Jace y yo nos inclinamos y compartimos una sonrisa cómplice. Él estaba tan hechizado por la noche como yo.

En cuanto nuestra familia acabo de bailar, todos los demás se unieron a la pista cuando una nueva canción comenzaba. Mamá y papá se alejaron para hablar con varios lobos. Jackson y Anastasia también desaparecieron de la pista de baile. Julian, Bella, Jace y yo nos quedamos. Yo pasaba de brazos en brazos, varios lobos de la manada y de manadas vecinas aprovechaban para tratar de entablar una conversación conmigo.

Les contestaba cortes pero no les daba pie a nada más. Mi única pareja sería mi mate, y no tenía interés en conocer a más personas que me hablaran solo para obtener una conexión con mi familia. Ya había tenido suficiente de esas en mi infancia como para seguir soportándolas.

Bailé y bailé, con hijos de Alphas, herederos, Betas, uno que otro Omega. Todos alababan como me veía, lo bien que bailaba, lo bonita que era mi sonrisa. También me desearon toda la suerte del mundo con mi primera transformación.

Cuando pensaba que mis pobres pies ya no soportarían otra ronda de vueltas Jace me tomo del brazo y me saco de la pista para llevarme con mis padres. Cada uno tenía una mochila en las manos que nos entregaron a Jace y a mí.

-Ya es hora princesa, tú y tú hermano deben ir al bosque, cuando la Luna esté en su punto más alto todo comenzará y deben estar listos para eso-.

Mi papá me abraza y me dan ganas de decirle que no me deje ir nunca.

-Intenten relajarse, no peleen en contra del dolor, abrácenlo y déjenlo ir, será más fácil de esa manera-.

Ahora mamá me estrecha en sus brazos.

-No se preocupen por nosotros, lo tenemos todo cubierto-.

Les guiño un ojo, Jace toma mi mano y salimos del salón para salir por la puerta trasera de la cocina.

-¿Nerviosa enana?-.

-Ni un poco, ¿Y tú mocoso?-.

-¿Bromeas?, este cumpleaños será recordado como el mejor día de mi vida-.

Mi hermano me hace reír con su sonrisa de cachorro complacido.

Caminamos hasta adentrarnos en el bosque, mamá ya nos había dicho a donde ir, así que las áreas están despejadas de otros lobos para darnos privacidad. Jace se despide de mí y se va al lado contrario de dónde estoy.

Me quito los tacones porque cada vez es más difícil caminar con ellos entre toda la maleza.

Después de unos minutos llego a la parte del bosque dónde mamá me indico. Con cuidado me quito el vestido y lo meto en la mochila con mis tacones. Y a pesar de estar sola no sentía la confianza de quitarme mis bragas, sabía que se terminarían rompiendo y pasaría el resto de la noche sin ellas. Pero no me preocupaba, no era la primera vez que usaría un vestido así sin nada debajo.

Acomodé la mochila en la rama de un árbol, para que ningún otro animal la tomara. Y me quede quieta, no sabía que esperar sinceramente, según yo había pasado ya una eternidad y aún no sucedía nada.

Alce la cabeza en el momento que los rayos de la Luna iluminaban mi cuerpo. No sabría decir cómo empezó, por qué todo estaba bien. Pero de un momento para otro mi cuerpo se torció de dolor, como sí de repente hubiera recibido un golpe en el estómago.

No lo esperaba, así que el siguiente calambre me tomó desprevenida y caí de rodillas. A lo lejos un grito de dolor se escuchó, y supe que era de Jace. Pero no tenía tiempo para pensar en mi hermano, pues la sensación de que cansancio como si acabara de correr un maratón acabo con mis energías. La sangre se me calentó y fue terriblemente consciente de que mis sentidos se agudizaban. Mis ojos se adaptaban a la oscuridad, mis oídos les molestaba cualquier zumbido de bichos. Mi corazón latía a mil por hora.

Pero lo peor fue la sensación de mis huesos quebrándose. Ahí ya no me reprimí y comencé a chillar. Más que sentir pude ver como mi anatomía se desformaba. Mis piernas se retorcieron al igual que mis brazos, caí de cara al suelo y me retorcí cuando fue turno de la columna vertebral para reacomodarse.

No debió pasar más de unos minutos pero se sintió eterno. Estaba tan cansada de todo el dolor que simplemente cerré los ojos estar el que todo terminará pronto. Cuando los volví a abrir la sensación de ya no estar en el mismo cuerpo me mareo durante unos instantes. Traté de moverme hacía delante pero mis patas delanteras temblaron y caí de nuevo.

Solté un bufido, no me gustaba no sentirme en completo control de mi cuerpo.

Me volví a incorporar esta vez con más cuidado. Y lentamente empecé a caminar, ahora prestando atención tanto a las patas traseras como a las delanteras. Gane velocidad y ahora trotaba. Pronto corría. Mis ojos veían todos los detalles que antes no podía y escuchaba a una distancia mucho mayor. Deje que el instinto me guiará he hiciera lo que se le pegará la gana. Esquive árboles, brinqué trampas, un aullido sonó más cerca de lo que creí y yo le respondí con otro. Mi pecho vibro con la fuerza de mis pulmones. Seguí corriendo, y muy pronto un lobo de color caramelo con rayos dorados y de ojos ámbar se me acerco.

Jugueteando me empujó y yo lo empujé de regreso. Nos gruñimos un poco y empezamos una carrera de regreso a la mansión. Jace estará muy feliz al ver el color de su lobo.

A pesar de que el lobo de mi hermano era más grande por unos centímetros, descubrí que yo era más rápida y más ágil. Así que fui la primera en llegar, cuando llegaba al jardín descubrí a todos los invitados con mi familia afuera esperándonos.

Mis padres y mis hermanos me sonreían con fuerza. Al igual que al lobo que estaba detrás mío.

Mamá sostenía un espejo grande, media desde su cadera hasta el suelo, era del ancho de su cuerpo y tenía el marco dorado. Lo reconocía, normalmente estaba colgado en el recibidor.

Me acerque caminando despacio. Los invitados se inclinaron y se tocaban el corazón mientras lanzaban bendiciones y buenos deseos.

-Algo me decía que les gustaría verse-.

Mi madre giró el espejo para que estuviera horizontal y así ambos lobos pudiéramos vernos.

La imagen que tenía me robo el aliento. Mi loba era de un asombroso color gris. Totalmente gris, mi pelaje era abundante y se veía sedoso al tacto. Mis ojos eran de un tono mercurio que me recordaban a los míos solo que estos estaban un poco más oscuros. Si bien mi tamaño no era totalmente el de un Alpha como mis hermanos o mis papás, era definitivamente mayor al de un Beta como Logan o Noel. Mis colmillos eran más alargados que los promedio y mis patas se veían musculosas.

Es hermosa.

Muchas gracias.

Me espanté durante un momento cuando esa voz sonó en mi cabeza. Pero después me emocioné.

¿Eres mi loba?

Que pregunta más boba, pues claro que soy yo, ¿Quién más estaría en tu cabeza molestándote en estos momentos?

Bueno, perdón, tenía que preguntar, me llamo Julieta, ¿Y tú?

Puedes llamarme Casiana.

Qué bonito nombre.

Eres muy amable para ser una humana, espero que nos llevemos bien.

Lo mismo opino.

Ahora que las presentaciones terminaron, me gustaría que me dejaras el control tantito, llevo desde que naciste esperando para ser libre de nuevo.

¿Cómo hago eso?

Solo déjate llevar.

Y así lo hago, respiro hondo y solo dejo que mi cuerpo actúe, no lo pienso demasiado. De repente ya no estoy en el jardín, si no en el bosque de nuevo. Corro y esquivo. Siento como la tierra golpea mis patas y la suave brisa me acaricia.

Me siento libre. Mi hocico se abre y suelto un largo aullido, a lo lejos otros también se oyen y no hay que ser un genio para adivinar que es mi familia.

Una presencia me adelanta y me ladra. Puedo escuchar la risa de Jace en mi cabeza y sé que está usando el link mental para burlarse de mí.

Esto terminará mal para ti cachorro.

Antes de que pueda entender el significado de esas palabras mi loba embiste a mi hermano y lo derriba. Después corre, pero ahora corre en serio. Los árboles se convierten en meros borrones que veo al pasar, y ni siquiera enfoco bien las cosas, dejándome llevar por el olfato.

La esencia de mi hermano se queda muy atrás.(que por cierto olía a moras azules y menta). Y de repente soy consciente que ya no reconozco la parte del bosque donde estoy.

Detente.

Casiana me obedece y ya soy dueña de mis acciones de nuevo. Camino y veo a todas partes tratando de ubicarme.

Pero es inútil, estoy perdida. Lo cual es muy raro por qué yo crecí en estos bosques. ¿Qué tan lejos me había traído mi loba?

Presto mucha atención y avanzo con cuidado, lo único que me faltaba era que hubiera cruzado la frontera sin darme cuenta y que ahora estuviera en tierras libres. Tierras de los rouge.

El sonido de unas ramas quebrándose hizo que mi cabeza se girara de golpe a la derecha. Pero mis ojos no enfocaron nada. Mis patas me llevaron en esa dirección cuando el sentimiento de ser observada me invadió. Un gruñido de advertencia salió de mi pecho mientras me ponía a la defensiva.

El viento sopló y un leve aroma a bosque y chocolate me pego en la cara. Fue solo un segundo pero basto para que mis sentidos se activaran al mil por hora. Y que una punzada en el corazón me lo apretará, el sentimiento de que necesitaba hallar algo muy importante me embargo.

Estaba a punto de salir corriendo para buscar de donde provenía el aroma cuando varios aullidos sonaron a mi espalda.

Sabía que era mi familia buscándome, pero aún no me quería ir. Quería investigar.

Me debatí interiormente sobre lo que hacer. Pero cuando más aullidos empezaron a sonar tomé la decisión de regresar. Ya habría tiempo de investigar en otro momento. Yo aún tenía una fiesta a la cual acudir.

Con un aullido para avisar mi ubicación me di media vuelta y corrí siguiendo el ruido.

Después de varios kilómetros reconocí la zona, y casi me da un infarto cuando me di cuenta de que efectivamente Casiana había cruzado los límites de la manada.

Uy, será mejor que no le digas a tus padres ese detalle. No creo que los ponga muy felices.

Le di la razón a mi loba. Sería mi pequeño secreto, como ese extraño aroma y el delicioso olor.

Llegué pronto a donde estaba mi mochila. Y solo con pensarlo mi cuerpo regresó a su forma humana. Moví mis brazos y mis dedos como si fuera una recién nacida probando su cuerpo. Y me sorprendí al encontrarlo cansado he increíblemente más fuerte.

Los lobos tenemos buena condición por todo el ejercicio que hacemos cuando nos transformamos. ¿Por qué crees que no existen los hombres lobo con sobrepeso?

Genial, ahora a parte de mis hermanos, papás, y tutores también tenía una loba con complejo de maestra.

Respétame humana.

Oh déjame en paz, es mi cumpleaños, podrías no tener un humor tan agrio.

Supuse que Casiana se apiado de mi pues ya no dijo nada.

Me puse el vestido de nuevo sin ropa interior por que efectivamente mis bragas se habían roto. No me puse los zapatos porque simplemente no se me dio la gana. Caminé de regreso a la mansión y observé como la fiesta estaba en pleno apogeo. Todos estaban en el salón y bailaban, comían o se reían. Por las puertas de cristal que parecían ventanales entre. Aún sin importarme que estuviera descalza.

Escanee la multitud de personas en busca de mi familia y me tope con mis hermanos mayores revolviendo el pelo de mi mellizo. Fui hacía ellos sonriente. Jace estaba descalzo como yo, y también llevaba el saco en su mano. Intentaba en vano alisarse la camisa y acomodarse el pelo, pero era una tarea imposible con Julian y Jackson molestándolo todo el tiempo.

-¡Dejen de molestar a mi hermanito!-. Suelto y le revuelvo el pelo a Jackson.

Este me gruñe y se lo acomoda de nuevo. Julian me abraza mientras Jace me ve agradecido.

-¿Qué tal tú primera noche como una loba hermanita?-.

Sentí como me brillaron los ojos.

-Asombrosa, fue genial, nunca me había sentido tan fuerte y poderosa. Aunque mi loba es un poco amargada. Estoy segura de que nos llevaremos bien a la larga-.

Digo y mis tres hermanos me dan esa sonrisa paternal que aprendieron de papá.

-¿Cómo se llama tú loba?, él mío se es Loris-.

Alzo una ceja y lo veo con curiosidad. Jace tiene una sonrisa orgullosa.

-¿Loris?, ese es un nombre raro. La mía se llama Casiana-.

-Con ese nombre no puedes decirme nada acerca de nombres raros enana-.

Se burla Jace y le doy una pequeña patada.

-Basta ustedes dos, los nombres no son raros. Son del latín, así que por eso no son comunes. Loris significa Rey de batallas, y Casiana Cazadora-.

Nos interrumpe Julian y todos lo vemos con las cejas alzadas.

-¿Y tú como sabes eso listillo?-. Pregunta Jackson por todos.

-Porque cuando ustedes estudiaban griego o entrenaban yo leía los libros de mamá. Y también les prestaba atención a sus lecciones. Ella sabe muchos idiomas y el latín es uno de ellos, me enseñó personalmente-. Dice Julian orgulloso y todos rodamos los ojos, Julian era el favorito de mamá.

-¿Ves hermanito?, es por eso que serás el mejor Beta que haya existido. Con tú cerebro y mi liderazgo llevaremos a esta manada a una nueva época dorada-.

Dice Jackson y no puedo evitar meterme con él.

-Para eso falta aún mucho tiempo hermano, no creo que a mis padres les haga gracia saber que les estás planeando sacar de en medio-.

Jackson me saca la lengua y lo imito.

-Ja ja ja, muy graciosa. No estoy planeando nada, solo digo lo que el futuro nos depara. Papá dice que un buen Alpha siempre está preparado para cualquier dificultad-.

-Hablando de, ¿Dónde están mis padres?-. Pregunto y los tres niegan con su cabeza.

-No los he visto desde que regresamos. Un Alpha de una manada aliada se les acerco y empezó a hablar con ellos. Después de eso les perdí la pista-.

Contesta Julian mientras se encoge de hombros.

Esto me da mala pata, mis padres nunca se desaparecerían a mitad de nuestra fiesta de cumpleaños solo porque sí.

-Voy a buscarlos-. Anuncio, y sé que van a protestar y tratar de distraerme. Yo era la más curiosa de los cuatro y eso ya me había llevado a varios incidentes en el pasado. Como la primera y única vez que Jackson había llevado a una chica a la casa. Más específicamente a su recámara.

No voy a dar detalles. Solo diré que mi hermano se enojó conmigo y no me hablo durante una semana y mi madre lo castigó un mes. Al parecer se suponía que era un secreto que la chica estaría ahí.

Ups.

Mis pies me llevaron fuera del salón y escuche como mis hermanos me seguían. Probablemente para asegurarse de que no fuera a cometer una tontería.

El sentido del oído ahora era muchísimo mejor. Por lo que no tuve que gritar para saber dónde estaban. Pues escuchaba bastante revuelo en la cocina, entre los pasillos y especialmente en la oficina de papá.

Creo que era más que obvio dónde estaban.

Caminé en esa dirección de lo más tranquila.

La puerta estaba entreabierta y solo un pequeño halo de luz se dejaba ver. Las voces que reconocí como las de mis padres y dos desconocidas se colaron por el espacio. Haciendo que tanto mis hermanos como yo escucháramos perfectamente la conversación.

-...diremos a los chicos-. Escuche la voz monótona de mamá .

-No lo sé, nunca pensé que estaría vivo para ver este momento-.

Respondió papá y los cuatro nos dimos una mirada extrañada. Toda nuestra vida nos enseñaron a no escuchar conversaciones ajenas, pero está en particular me daba un mal presentimiento. Todos nos acercamos con cuidado de no ser oídos y prestamos atención.

-¿Quieres esconderme entonces?-. Dijo una de las voces desconocidas y sonaba molesta. Por el timbre y grosor era definitivamente de un hombre.

-No claro que nadie quiere eso Leonardo, pero tienes que entender que nos preocupa la reacción de nuestros hijos. Ellos no tienen la menor idea de tú existencia-.

Dice papá con tono calmado.

-Bueno, pues yo tampoco la tenía hasta hace unos cinco minutos. Creo que estamos a mano-. Ahora la voz sonó irritada también. Ugh, que persona tan pesada.

-Perdón por meterme en esto, pero me parece lo más correcto es esperar hasta mañana. Los Alphas están celebrando esta noche y no parece adecuado darles una noticia cómo está  en estos momentos-. La segunda voz sonó llena de poder, y supuse que sería el Alpha que nos mencionó Julian.

-¿Y mientras tanto yo que?, ¿Me quedo como perro encerrado en una habitación?-. Un bufido suena y puedo imaginar que el hombre está rodando los ojos.

-Vas y disfrutas la fiesta. Mis hijos no te reconocerán. Solo trata de no llamar mucho la atención o la gente se dará cuenta y notaran algo diferente en ti-. Hablo mamá y sonó firme.

Una pequeña risita resonó.

-¡Esto es ridículo!, ¿Por qué no simplemente vamos con los principitos y la princesita y les decimos que tienen otro hermano y ya?-.

Las palabras del desconocido nos dejan a todos de piedra. Un mareo me embarga y me tambaleó hacía atrás hasta chocar con uno de mis hermanos, no estoy segura cual. Varias exclamaciones de asombro salen de nuestras bocas y mis manos se aflojan dejando caer mis zapatos que hacen un estrépito cuando tocan el piso.

La puerta se abre de golpe dejándonos ver a nuestros padres que nos ven pálidos como un par de vampiros. Logan, Noel, Dannia también están ahí, como presencias fantasmales. Dos siluetas me son desconocidas. Ambos son hombres y traen puesto un traje color negro.

El primero tiene el pelo negro con algunas canas en las patillas. Es casi de la estatura de mi padre. Tiene una barba también con algunas canas, y sus ojos azul oscuro se ven sabios y llenos de pena. El hombre debe tener mínimo unos cincuenta años por sus arrugas.

El segundo es un chico, más alto que yo, y probablemente de la estatura de Jackson que era el más grande. Tenía el pelo de un rubio oscuro, como la miel. Sus ojos son azul cielo. Pero son tan fríos como el hielo. Tiene complexión fuerte, y varias cicatrices se le ven en el cuello y en las manos. Un aura salvaje lo rodea, su mandíbula es cuadrada y fuerte, tiene unos labios delgados y se le ve molesto, y muy pero muy cansado. Nos da una mirada de indiferencia, y es así donde advierto el terrible parecido que guarda con papá, Jackson y Julian que también son rubios pero en tonos más brillantes y claros.

-Jackson, Julian, Julieta, Jace, ¿Qué fue lo escucharon?-.

Pregunta papá, pero todavía estoy demasiado aturdida para contestar.

-Todo, escuchamos todo-. Responde Jace con la voz más seria que nunca le he oído, les doy una mirada de reojo a mis hermanos y veo que todos tienen las mismas expresiones traicionada, unas que son iguales a la mía.

-Podemos explicarlo-. Dice mamá pero el chico que al parecer es nuestro hermano suelta un suspiro mientras se cruza de brazos.

-Bueno, supongo que pudo ser peor-. Dice con voz aburrida y mamá le lanza dagas con la mirada.

-Silencio Leonardo, que este asunto no es algo que se pueda tomar a la ligera-.

Dice con voz de Alpha mi madre y el tal Leonardo la ve molesto.

-No puedes darme órdenes, no eres mi madre o mi Alpha para hacerlo-.

-¡¿QUÉ?!-. Por fin recupero mi voz y mi grito hace que todos salten en su lugar.

-¿Como que este tipo es nuestro hermano si tú no eres su madre?, ¡Esto no tiene sentido!-.

Exclama Jackson y sé que como yo está a punto de perder los nervios.

-Leonardo es su hermano pero solo es hijo de su padre, no mío-. Dice mamá con calma, y todas nuestras miradas caen en el hombre que nos dio la vida.

-Si me dan la oportunidad puedo decirles que todo tiene una razón-. Menciona él y a mí se me rompe el corazón.

Un hermano que era hijo de mi papá pero no de mamá. El chico era grande, probablemente mayor que todos nosotros. Mamá era la mate de papá, lo que significa que papá había hecho de las suyas antes o mientras conocía a mamá.

Tenía tantas preguntas. ¿Dónde había estado mi hermano durante todo este tiempo? ¿Por qué no sabíamos de su existencia? ¿Eso significaba que Jackson no era el primogénito de papá? ¿Qué hacía él aquí ahora?

Probablemente mis padres me aclararían todas mis dudas si las decía en voz alta. Pero una sensación desconocida me abrigo el pecho, impidiéndome pensar razonablemente. Algo que nunca había sentido antes pero que identifique inmediatamente.

Traición. Dolor. Incredulidad. Ira.

Negué con la cabeza mientras me alejaba del cuerpo del hermano que ahora identificaba como Julian.

-Julieta-. Me llamo mi padre, pero mi cuerpo reacciono antes.

Giré sobre mis talones y salí disparada de ese lugar. Un ruido a mi derecha hizo que viera como Jace corría a mi lado. Una mirada atrás y vi como papá trataba de tocar a Jackson mientras esté retrocedía y lo veía asqueado. Julian parecía gritar algo.

Pero no me quede a averiguar qué pasaba a continuación. Una mirada con mi mellizo hizo que los dos nos entendiéramos a la perfección. Salimos por la puerta principal de la mansión y no tardamos en transformamos por segunda vez en la noche.

Nuestros lobos corrieron en cualquier dirección. Los dos con el mismo objetivo en mente.

Desaparecer.

Varios kilómetros más adelante perdí de vista a mi hermano, pero no me preocupo. Ambos sabíamos cuidar de nosotros.

Corrí y corrí. Hui del lugar que había sido mi hogar, donde las personas que más amaba en el mundo estaban esperándome. Pero en el cual ya no me sentía cómoda estando.

Una mentira, había estado viviendo una mentira todos estos años.

El aullido de dolor de Jace retorció el cuchillo clavado en mis entrañas. Y solté uno igualmente cargado de pena.

No pensaba regresar a casa esa noche.

Y cuando lo hiciera, más les valía tener a mis padres la mejor explicación del mundo. Pues esto no era algo que ninguno perdonaríamos fácilmente. El resentimiento era algo que teníamos en la sangre.

Mi cabeza dolía.

Un hermano. Yo tenía otro hermano.

Y no sabía cómo procesar esa información. Aumenté la velocidad y me perdí en la noche.

Hermano...

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo