55

La prisión tenía ese olor inconfundible a desesperanza y resignación.

A vida desperdiciada.

A muerte lenta.

El pasillo de concreto parecía interminable mientras caminaba hacia la sala de visitas. Cada paso resonaba como un eco en mi cabeza, sincronizado con los latidos erráticos de mi corazón.

Santiago no quería que viniera.

Pero tenía que hacerlo.

Tenía que verlo con mis propios ojos.

Tenía que asegurarme de que seguía vivo.

Los guardias me hicieron pasar y me señalaron una mesa al fondo.

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App