eco de mi nombre
El salón se llenó de humo, copas y murmullos en voz baja. Los hombres hablan de dinero,rutas y muerte como si fueran simples piezas en un tablero de ajedrez, yo seguía ahí sentada a su lado con el anillo brillando en mi dedo como un faro.
El anillo seguía pesando; pero ya no lo sentía como una cadena, era un arma y aprendería a usarla.
Mientras el hablaba con los socios, yo me inclinaba hacia uno de los hombres más viejos de la mesa, un hombre silencioso que apenas me había dirigido la mirada en toda la noche.
—- Se que tu hijo está en problemas – susurré lo bastante bajo para que nadie me escuchará
El hombre me miró como si me hubiera salido un tercer brazo, de repente recuperó la cordura y su semblante volvió a ser sin expresión, la reunión estaba terminando ya sin contratiempo.
Esa noche mientras acariciaba el anillo en mi dedo, me convertiré en la mujer que poco a poco aprenderá a manejar las sombras y cuando mi nombre empezará a retumbar en sus bocas, ya n