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Naomi se miró el brazo enrojecido, las marcas eran inconfundibles. En un instante, un torbellino de pensamientos se agolpó en su mente. Necesitaba un plan. Uno estratégico, uno que le permitiera vengarse de él.
— Te voy a denunciar —dijo con voz firme, recuperando su aplomo—. Aunque sea para armar un escándalo.
Salió de la habitación a toda prisa, pero la mano de Derek la atrapó de nuevo en el pasillo, arrastrándola de vuelta al interior. La empujó hacia la cama y se arrojó sobre ella. Con una mano, le sujetó las muñecas por encima de la cabeza, inmovilizándola. Con la otra, le rozó los pechos por encima de su ropa.
— ¿Y qué tal si ahora me acusas de abuso sexual? —susurró, con una sonrisa maliciosa.
El miedo la paralizó. Era la primera vez que se encontraba en esa posición, y no era con cualquier hombre. Pero a pesar del pánico que la invadía, sintió un chispazo de determinación. Estar en una situación vulnerable, sometida por él, podría ser la clave para lograr su objetivo.
— Te v