REGINA.
Algo en su tono llamó la atención de su amiga que la observó esperando a que se explicara. Regina se había perdido momentáneamente en el recuerdo del principal de las empresas, en su mente perfectamente perfilado ese hombre alto y musculoso, de mirada impactante que esa misma tarde le había dicho las frases más lascivas que hubiera escuchado, en un tono de deseo tal que todavía la hacía vibrar.
—Había unos diseños espectaculares— recuperó el habla—. Tan exquisitos que no podía dejar de mirar. Gucci, Balenciaga, Dior. Lo más sofisticado del mundo de la moda estaba presente.
—Veamos esas fotos.
Desbloqueó su teléfono y buscó las imágenes, algunas de las cuales había guardado, tanto le habían gustado los vestidos. Le señaló algunos de los modelos y aprovecharon a cotillear de telas, peinados y apliques. Sharon acertó en casi todos los diseñadores de zapatos y no era raro, los conocía de memoria por estar horas extasiada frente a las vidriera virtuales y físicas de exposición de l