Mundo ficciónIniciar sesiónEn el instante en que el auto se detuvo, Milenka bajó apresurada de el, Itzam la había ofendido, no de una, sino de muchas formas, no podía esperar que por temor a un castigo ella volvería a idolatrarlo como una tonta.
Pero tenía dudas y no pensaba quedarse sin respuestas así que una vez entraron al departamento enfrentó a Itzam.
—¿Por qué lo hiciste? — quiso saber.
— ¿Hacer qué? — quiso saber él serenamente.
— Decir que soy tu prometida — reclamó ella.
— ¿Estás molesta por eso? — Itzam apenas y podía creerlo, unos meses atrás e







