CAPITULO 40 LA MISION. Parte VI.
Eileen Williams.
Las bandas de rock hacían uso de su entretenimiento. Observé a través de la pantalla los jardines; habían tantas personas que ya no le prestaban atención a nadie, excepto a los que estaban sirviendo tragos y drogas. Las piscinas estaban llenas, en todos lados habían drogados y sexo desaforado. Todo se estaba desajustando entre droga y licores de las mejores marcas.
Elijah, nos hizo señas, y me moví, llegando a su lado. Risco caminó. Observé la pantalla sin dejar de teclear. Dalia, estaba en lo mismo. Activé mi reloj. La gente parecía dominada por la música, la droga y el sexo. Íbamos entrando a la candela. De pronto se escucharon los gritos por todos los parlantes: "¡Subasta, subasta, subasta!", gritaban todos los infelices, abusadores de mierda, pederastas hijos de su puta madre.
— Hay muchos adolescentes — le susurré entre dientes a Elijah.
— ¿Sabes dónde está? — me preguntó, refiriéndose a la que vinimos a rescatar.
— Sí — mencioné sin dejar de teclear.
— Observo l