Eileen Williams.
Elijah suelta el teléfono, furioso.
— Nadie sale del buró hasta mañana, después de los informes — menciona con rabia.
Gruñimos. No es justo. Lo mínimo que merecemos es un buen descanso. Hacía tres horas que habíamos llegado y teníamos una orden de no abandonar la sede, a excepción de los heridos que estaban hospitalizados. Lucas, estaba bien, pero no todos nuestros compañeros heridos corrieron con la misma suerte. De todas formas, tenían custodia, ya que ni siquiera la familia podía acercarse, lo que solo significaba que no deseaban que saliera información de la misión. De todos modos, nadie exige nada porque saben que también lo están presionando, y quién sabe con qué mierda más será esa presión.
Axel, rodea mi cintura, guiándome fuera de la oficina de Elijah. Dalia me observa.
— Estaré en una de las habitaciones con las chicas — murmura Dalia.
Yo solo asiento y Axel, sin prestarle atención, me guía hasta su oficina. Llamo a mi madre para informarle; los niños ya