Eileen WilliamsMuevo mi cabeza dándome cuenta que estoy adolorida, la espalda me duele y las costillas también, giro ahora mi cuerpo y el golpe me despierta completamente, al no conseguir más colchón.— ¡Rayos! — Murmuro observando la cama. Mis manos se sostienen de las sábanas y observo a las dos personitas, que no están de forma vertical en la cama, sino de forma horizontal, apoderándose de todo el espacio; sonrío recordando como a media noche, los truenos los hicieron acudir a mi habitación. Me levanto y sobo mi culo adolorido por el golpe.— ¿Qué es un dolor más, para este adolorido cuerpo? — Me pregunto, pero aún sonriendo con la mirada fija en la cama.— ¿Qué importa la incomodidad, cuando está causada por la invasión a mi privacidad, o cuando tengo a los dos seres que más amo en mi vida junto a mí? — Me pregunto mentalmente y me siento con cuidado, para no despertarlos. Beso sus mejillas y los abrazo, desvío la mirada hacia el reloj que está sobre la mesita de noche.— ¡Oh

Elijah King.Elijah, ingresó a su nueva oficina como un toro furioso, la sangre le hervía como si estuviese en un caldero cocinándose. Después de todos estos años, no pensaba que le dolería tanto volver a conseguirse, con la mujer que le robó todas sus ilusiones de estúpido niño adolescente. No podía creer, que todavía le doliera como el demonio.— ¿Cuándo había pasado a odiarla tanto? Mejor dicho, ¿Cómo era que la odiaba tanto, después de haberla amado con tanta locura? — Se preguntó.Los recuerdos invadieron su mente. "Ellos de niños corriendo en un gran parque. Eileen, tomó la mano de Elijah y la de Brais, para salir corriendo por todo el césped, los tres niños felices reían mientras jugaban, hasta que Eileen, resbaló y cayó. Ambos niños se apresuraban para auxiliarla. Elijah, siempre compitiendo con el que era su mejor amigo y ambos pendiente de su mejor amiga. Crecieron juntos, se hicieron tan inseparables, hasta que, en la adolescencia todo cambió, ya Eileen, no le atraí

Eileen Williams— ¿Seguro que no has cambiado tus gustos? — Pregunto observando a mi amigo. El cual he tomado desprevenido, mirando lo que no debía mirar.— Segurísimo, — se rie girando su cuerpo y pasando su brazo por mis hombros.— Creo que una persona como tú, no se deja llevar por un simple culo. — Pronuncio en son de broma y Brais, suelta la carcajada.— ¿Lo dices porque está con él? o ¿De verdad piensas que es un simple culo? — Pregunta levantando una de sus cejas y apretando sus labios.— Lo digo porque es un simple culo para ti, no para él y tampoco para Axel — menciono recordando cuando ingresó a la reunión con la recién llegada.— Vamos, no seas paranoica, Axel nunca se atrevería a engañarte. — Lo defiende besando mi frente.— Quien sabe, Brais — pronuncio y él, me abraza llevándome a su pecho, conociendo perfectamente mis sentimientos.— Nunca se atrevería…— ¿Acaso esta mierda se ha convertido en la Oficina federal del amor, en vez de la Investigación? — Gruñen a nuestra

Eileen Williams— Eileen, mientras menos sepas es mejor, solo puedo decirte que Elián y Elijah, se reunieron con nosotros anoche y tenemos que viajar en una hora. Lucas, será tú compañero unos días, hasta que Axel y yo, volvamos. — Informó Brais.— ¡Por Dios! ¿Algo le sucedió a Axel? — Preguntó ya más furiosa y angustiada por su silencio.— No, no, no, cariño. Nada le ha sucedido, todo marcha de acuerdo con el plan, lo único es que se retrasará un poco más. — Informó Brais, observándola dubitativo. — Y... — Eileen, levantó su ceja izquierda con una mirada interrogante cuando escuchó ese "Y".— Axel, no llegará mañana, — expuso Brais y con sus palabras la angustia de Eileen, aumento. Eileen, desde el momento en que Brais, le dió la noticia ya comprendió que él, se marcharía, y que Axel, no llegaría. El presentimiento le golpeó tanto como la noticia. Eileen, miró a Brais, esta vez con miedo. — Le he pedido a Elián, que me dejara a mi darte la información. — Musitó Brais, observán

Elijah King.— Sí, señor. La agente Eileen, es mi novia y pronto se convertirá en mi esposa. — Me dijo con una sonrisa tan estúpida en los labios, que quise arrancársela de un solo puñetazo.— ¡Ah¡ felicitaciones, señor Morris — murmuré.Brais, dirigó su mirada hacia la mía con el ceño fruncido. A pesar de tantos años sin vernos, ambos nos conocíamos muy bien.Los agentes informaron todos los detalles, revisamos cuidadosamente las pruebas contra los proxenetas, que fueron arrestados bajo cargos estatales y federales para que no las declararan insuficientes.Al otro día, los periódicos anunciaban más detalles de los sucesos, pero a mí, el mundo me valía un quintal de mierda. Solo Eileen, y las palabras del agente Axel, me daban vueltas en la mente.— “Es mi novia y pronto se convertirá en mi esposa” — era lo único que me había convertido nuevamente la vida en un infierno. Mucho peor, que el infierno que se estaba desarrollando actualmente en el departamento de homicidios.(~*_*)