CAPÍTULO 56
—Ella está perfecta… a excepción de los moretones… le receté una crema… le ayudará… —Iván asintió hacia el médico que estaba en su suite, y luego le pasó la hoja a Sora para que se hiciera a cargo de los medicamentos.

Eran la una de la mañana, pero no le importaba.

Sus ojos se desviaron al cabello húmedo de Sibel, que insistió en bañarse mucho cuando llegaron al lugar. Pudo verla llorando como una niña, pero no le dijo una palabra de lo sucedido, y él tampoco quiso incomodarla.

Despidió al médico como también a Sora, y encendió un cigarrillo para sentarse en la cama junto a ella.

Sibel tenía la sábana arrumada a sus manos, y odió el hecho de que sus mejillas estuvieran lastimadas.

Con sus pulgares, rozó sus mejillas, pero obtuvo un movimiento de ella, y rápidamente sus ojos se instalaron en los suyos de forma inmediata.

—¿Por qué estás despierto? —Sibel se sentó de forma lenta, e Iván soltó el humo de su boca.

—Te observaba…

Ella negó lento.

—¿Cómo está Anastasia? —Iván alzó
Maria Pulido

Este capítulo, es dedicado a Nhora Alejandra Sanchez, muchas gracias.

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