Sibel recibió su cuarta bofetada de esa mano dura que terminó por romperle los labios.
Ella sintió el escozor y la sangre bajar por una línea delgada de su mandíbula, mientras apretó los ojos, teniendo la cabeza de lado.
El golpe había aturdido sus sentidos, e incluso la había mareado.
—Mátala de una vez…
—Déjame hacerle fotos… las necesitamos para la evidencia. La jefe dijo que necesitaba enviárselas a alguien.
—Bien… sostenle la cara… —otro dijo mientras Sibel intentó tomar el aire.
—¿Para quién trabajan? —ella se atrevió a preguntar en medio de su inestabilidad, pero los hombres se rieron y uno de ellos sacó su miembro para comenzar a orinar encima de sus zapatos mientras el otro grababa un video.
—Sibel MacMillan… nieta de Ciro MacMillan e hija de Armand MacMillan… ahora es la perra callejera…
A Sibel le tembló la mandíbula y unas ganas impresionantes de llorar la invadieron por completo. Por primera vez en su vida deseó con todas sus fuerzas que la furia de Iván recayera e