A Iván le tembló la boca al escuchar lo que Sibel le arrojó, y luego pudo recordar ese día, cuando aquella carta llegó a sus manos.
«Ana Vasíliev…
Cariño, tuve que irme… estoy bien, pero no puedo quedarme con ustedes, esta no es mi familia, y quiero hacer mi vida. Por favor, perdóname, pero quiero ser feliz al lado del hombre que ahora amo.»
Recordaba cómo con sus manos arrugó la carta, porque esta mierd@ no era de su madre, nunca en la vida, y lo que vino de parte de su abuela a continuación termino por inyectar un veneno en él.
—Siempre fue una cualquiera… una put@ barata que cegó a tu padre… espero que se pudra… —Iván restregó sus ojos y miró a su abuela limpiando sus lágrimas, y mirando el ataúd, donde se encontraba su padre asesinado, cuando ella siguió—. Ahora… vamos a prepararnos. Las personas que nos hicieron esto, pagarán…
Sin embargo, Iván solo tenía una sola cosa en su mente. Saber la verdad de lo que le había sucedido a su madre, y no descansaría, hasta que lo descubr