23 años atrás…
Ana abrió los ojos y su respiración se hizo pesada. Sentía una daga en su estómago, y cuando trató de levantarse, ella vio como sus ojos, que estaban borrosos, iban aclarando una imagen frente a ella.
—¿Iván…?
Ella se puso la mano en su costilla, mientras se rascó los ojos con la otra.
—¿Cómo te sientes? —ella pudo reconocer esa voz, que ahora odiaba con muchas fuerzas, y su corazón se disparó de inmediato ante el miedo.
Poco a poco su visión enfocó a Armand, mientras a su alrededor, una habitación que nunca había visto, se abría para ella.
—¿Dónde estoy?
—Estados Unidos…
A Ana se le secó la boca.
—¿Qué?
—Yo…
—¿Cuánto tiempo llevó aquí? —ella lo cortó de inmediato.
Armand tomó una fuerte aspiración, y luego se acercó un poco.
—Un mes…
—Dios… ¿Dónde está Iván? ¿Qué ha pasado? ¿Cómo me trajiste aquí?
Armand alzó la palma.
—No iba a dejarte allá sin que nadie cuidara de ti… estabas muy mal, sobreviviste de milagro.
Las lágrimas cayeron por las mejillas de Ana.
—¿Y sabes po