CAPÍTULO 92. Procura no dejarnos solos

Gabriel sabía que estaba jugándose el cuello, porque a Marianne no le haría ninguna gracia lo que iba a decirle, pero la verdad era que no tenía muchas opciones.

—Mocosa... espero de verdad que te tomes esto de la mejor manera posible... pero tengo que decirte algo que no te va a gustar —suspiró—. Tengo que volver a la acción.

Marianne arrugó el ceño.

—Aclárame "acción" —casi gruñó—, ¿Acción de "te voy a coger salvajemente encima de la mesa" o acción de "voy a meterme de nuevo una pistola en el cinturón"?

Gabriel hizo una mueca y apretó los labios.

—También te puedo coger salvajemente encima de la mesa...

Pero Marianne sabía perfectamente qué significaba ese "también".

—¡Maldición, Gabriel, me dijiste que ibas a estar a salvo! ¡Por nosotros! —espetó molesta.

—¡Lo sé, mocosa, lo sé, pero entiéndeme! ¡No podemos seguir escondidos en esta casa esperando que de repente todo se resuelva! —replicó él—. Llevamos más de medio año como testigos protegidos, primero por los Marshall, luego por n
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App