Camila parecía estar completamente alterada.
Después de todo, ella también deseaba participar en la película del gran director Samuel y quería aprovechar esta oportunidad para convertirse en una estrella a nivel mundial.
Aunque el productor era Carlos, con la fama y la posición de Samuel en la industria, si él decidía cambiar de protagonista, no era imposible.
Camila le dijo rápido a Samuel:
—De verdad no fui yo, fue Alan, fue Alan el que me trajo aquí.
Él estaba mirando al techo para disfrutar del espectáculo, y cuando escuchó esto, explotó:
—Oye, oye… Tú misma quisiste venir a atrapar adulterios, ¿por qué me metes a mí? ¿Cuándo dije yo que te iba a traer a eso? ¿No fuiste tú la que abrió la puerta de golpe? ¿No fuiste tú la que señaló a Aurora, diciendo que ella y nuestro director estaban saliendo? Y ahora resulta que me culpas a mí.
Camila, ansiosa y enfadada, respondió:
—¡Fuiste tú! Tú me dijiste que el director Samuel había invitado a Aurora a cenar a solas, que quién sabe si hab