Después de escucharlo, comprendí todo con claridad.
Seguramente Sayuri y Logan no querían que Javier supiera lo miserable que había sido realmente su madre, por eso prefirieron cargar con su odio antes que destruir la imagen que él tenía de ella.
Bajé la mirada, con sentimientos encontrados.
—Igual, Javier te odia a ti y a tu madre.
—No se puede evitar —suspiró Mateo.
—Al fin y al cabo, su padre sí terminó arrastrado al desastre por culpa de la aparición de mi madre.
Se detuvo un momento y murmuró:
—Su padre era, de verdad, un hombre muy, muy bueno.
Al decir esto, la expresión de Mateo reflejaba cierta tristeza.
Lo abracé:
—Mateo, lo que pasó en el pasado ya no importa. Lo que tenemos que hacer es vivir el presente, felices.
Mateo bajó la mirada y me observó.
Sonrió:
—Sí. Vivamos felices... los dos.
El brazo que me rodeaba la cintura me apretó un poco más.
Sus labios se acercaron a mi oído, y me dijo:
—Aurora...
Esa voz baja, dulce y cariñosa, ese modo tan íntimo de llamarme, todavía m