Valerie y yo seguimos hablando un rato más de cosas normales, y también me preguntó por el bebé.
Al hablar del bebé, poco a poco empecé a olvidarme de las dudas que tenía antes.
Le conté que pensaba irme de Ruitalia antes de que se notara que estaba embarazada.
Ella me dijo que para ese momento ya habría terminado de grabar y que me ayudaría en lo que pudiera.
Cuando colgamos, ya eran casi la una de la madrugada.
Mateo todavía no había vuelto.
O tal vez decidió quedarse en el hospital con Camila.
Apagué la luz y me acosté.
Aunque era una suite presidencial con una cama grande y suave, tal vez por no sentirme tranquila, no lograba dormir bien. Me despertaba cada diez o veinte minutos.
Respiré profundo y agarré el teléfono para distraerme.
Estuve media hora viendo la pantalla hasta que los ojos me empezaron a arder.
Apagué el teléfono y traté de obligarme a dormir otra vez.
No sé cuánto tiempo pasó cuando de pronto, clic, alguien abrió la puerta con una tarjeta.
Me desperté al instante y