Capítulo 324
—Perdón, Mateo, yo... yo siempre los molesto, perdón...

Camila hablaba entre llanto, las lágrimas le caían sin parar.

Su triste fragilidad no parecía fingida.

Mateo la consoló de inmediato:

—No digas eso. Tú no tienes la culpa de estar enferma.

—Perdón... ah, me duele mucho, Mateo, ¿qué hago con este dolor en el pecho...?

Camila lloraba, se notaba que estaba sufriendo.

Mateo la levantó en brazos y dijo con voz seria:

—Te llevo al hospital ya.

Apurado, fue hacia el ascensor.

Después de avanzar unos pasos, volteó a verme con prisa:

—Espérame aquí, vuelvo pronto.

Apreté los labios y no dije nada, pero sentí una punzada en el pecho.

Mateo me miró unos segundos más y luego se fue con Camila en brazos.

Cuando desaparecieron, me quedé quieta. Las lágrimas que había aguantado me salieron sin control.

En ese momento, Alan abrió la puerta y asomó la cabeza.

—¿Y Mateo?

—Se fue al hospital con Camila —le dije rápido, mientras me limpiaba las lágrimas.

Alan suspiró:

—No debe ser tan grave, esta tar
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