Capítulo 1599
Cuando vio que me quedé callada un buen rato, la voz de Mateo se puso más baja de repente.

—Aurora, pórtate bien y dime dónde estás —me pidió él—. Acuérdate de que, sea lo que sea, voy a estar contigo. Ahora no estás sola: me tienes a mí, tienes a Embi y a Luki. Todos te queremos. Lo que pase lo vamos a enfrentar juntos, como la familia que somos, ¿sí?

Al escuchar cómo me consolaba con esa voz tan suave, sentí que el corazón se me apachurraba de puro dolor. Incluso después de que desaparecí sin decir nada y de que lo hice preocuparse tanto tiempo, él no me reclamó nada ni me habló enojado. Su bondad y su ternura me hicieron sentir mucha más vergüenza. Nada más de pensar que llevaba en la panza un hijo de Javier, la culpa casi me dejaba sin aire.

—Aurora, me lo prometiste, ¿ya se te olvidó? —volvió a decir Mateo, y en su voz ya se notaba la tristeza.

Apreté con fuerza los labios para aguantarme las ganas de llorar y le respondí:

—Estoy a la orilla del río, al oeste de la ciudad. Te espe
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP