Vi a Mateo entrar, con su traje tan elegante.Su presencia era fuerte, y con esas cejas pobladas y esa mirada tan amenazante, imponía respeto.
Me miró con una sonrisa apenas marcada, con ese aire burlón que tanto conocía.
Sentí que se me helaba el cuerpo de arriba abajo.
¿Qué está pasando?
¿Qué estás haciendo por aquí?
¿No se suponía que el inversionista importante era Alan? ¿Qué hace Mateo apareciendo?
Miré a Michael casi por reflejo.
Tenía la mirada baja, no se podía ver su expresión.
Entonces, ¿alguien me puede explicar por qué estábamos esperando a Alan y apareció Mateo?
En ese momento, quise desaparecer, pero sentía los pies como pegados al suelo.
Apenas Mateo entró, los otros dos empresarios se pararon y lo saludaron con respeto.
Recién cuando él se sentó, ellos se animaron a sentarse también.
Eso dejaba clarísimo quién mandaba ahí.
Mateo me miró rápido y, con esa sonrisita, le dijo a Michael:
—¿Así que ella es tu nueva asistente?
La palabra "asistente" venía con veneno, se le not