Capítulo 189
Sentí un apretón en el pecho.

¿Será que metí la pata y ahora al patrón me va a despedir?

El guardaespaldas me miró y, mirando su celular, replicó:

—No te preocupes, solo era una mujer que quería conocerte, pero ya la saqué.

Me quedé sin palabras.

Este guardaespaldas hablaba cualquier cosa.

¿En qué momento me vio queriendo hablarle al patrón?

—Está bien, vale, ya les digo —agregó mientras colgaba.

Nos miró a todos con aire de superioridad y dijo:

—El jefe mandó decir que si vuelven a molestarlo, cada uno va a tener que recoger sus cosas y largarse.

—No, no, nosotros... —intentó decir Jeremi, pero el guardaespaldas ya se había ido subiendo las escaleras.

Con esa amenaza, el supervisor tampoco se atrevió a hacer nada.

Se volteó y me lanzó una mirada furiosa:

—Mira el desastre que armaste. Te elegí para entregar un simple desayuno porque te ves linda y tienes buenos modales, con la esperanza de causar una buena impresión. ¿Y ahora? Mira el maldito desastre que causaste.

—Ajá, nunca vi a un
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