Parte 4...
Anelise estaba en su oficina en la empresa cuando su cuñado golpeó suavemente la puerta y entró.
— Comenzaste temprano - dijo colocando dos documentos frente a ella — Necesito tu firma aquí...
— Déjalos ahí, los leeré enseguida.
— Es que necesito las firmas ahora.
— Déjalos... - levantó la mirada hacia él — Los leeré después.
Hugo se sorprendió por la frialdad de ella.
— ¿Qué pasó?
— ¿Conmigo? Nada - volvió su atención a la computadora portátil.
— Pareces molesta.
— No lo estoy. Solo cansada de confiar en las personas - levantó la cabeza y lo miró directamente — Y de que me traicionen.
Hugo se quedó paralizado por un momento. Su mirada fría era tan intensa como su voz.
— Está bien... Llámame cuando termines.
— ¿Te estás ocupando demasiado de esto, verdad, Hugo?
Él se detuvo y se volvió.
— ¿Esto? - frunció los ojos sin darse cuenta.
— Sí - ella se recostó en la silla — Los proyectos nacionales. Aunque tu carpeta es de contratos internacionales - disimuló su deseo de decir qu