Tyler FlakerticDesde que la vi en ese muelle, quedé completamente encantado con ella, y no me arrepiento ni un poco de haberme escapado del preestreno, aunque tuve problemas con Greicy. Como dije, no me arrepiento. He conocido a muchas chicas, pero ella… Ella es diferente. Hay algo en ella que me atrae, no sabría explicar si es el color avellano de sus ojos o su piel, su cabello corto, sus lindos y rosados labios me encantan y me tientan, pero siempre que quiero besarlos, algo o alguien nos interrumpe, la verdad no lo sé, pero hay algo que me conecta con ella.Daba mil vueltas en la cama sin poder dormir, pensando en ella. Y no solo hoy, esto me pasa desde el primer día que la vi. Tomé mi celular y verifiqué la hora: 4:30 a. m. Decidí escribirle a Flor, la amiga de Nahya.Yo: Hola, soy Tyler Flakertic, tal vez no te acuerdes de mí... Pero necesito un favor, ¿estás? Sé que son las 4:30 a. m., pero...Coloqué mi celular a un lado, rogando que esta chica me respondiera. Y unos minutos de
Nahya y Flor estaban caminando por los pasillos del centro comercial, las luces brillando sobre ellas mientras reían y bromeaban, disfrutando del momento que tanto habían esperado. Habían llegado temprano, aprovechando la tarjeta de su padre, la cual le había sido uno de los tantos miedos que había tenido Nahya, al comenzar a usar la tarjeta puede, solo puede que su padre comience a buscarla y es algo que Nahya no ha dejado de pensar. Pero mientras Flor seleccionaba ropa y probaba diferentes combinaciones en los probadores, Nahya no podía dejar de sentirse observada. Las miradas parecían seguirla, susurrando a sus espaldas, y esa sensación que siempre había tratado de evitar la invadía con fuerza.—¿Te pasa algo? —preguntó Flor al notar la expresión de incomodidad en su rostro.Nahya intentó sonreír, pero fue una sonrisa forzada. Miró alrededor, sintiendo cómo los ojos ajenos la examinaban. No le gustaba esa sensación, no le gustaba estar en el centro de atención.—Siento que todos me
Caminábamos en silencio por las calles iluminadas de Sídney, dejando atrás el coche que Tyler había estacionado a un lado del camino. En una de sus manos llevaba una canasta de picnic, y con la otra sujetaba la mía con delicadeza, como si temiera que me soltara y desapareciera en la noche. Me sorprendía lo natural que se sentía su tacto, como si nuestras pieles hubieran nacido para encontrarse en ese instante.—¿A dónde vamos? —pregunté con curiosidad, tratando de dejar atrás la sensación de opresión que aún latía en mi pecho después del ataque de pánico.Tyler sonrió con un aire de misterio y señaló al frente.—A un lugar especial —respondió—. Un parque donde solía ir cuando quería pensar. Es tranquilo, creo que te gustará.Seguí su paso, dejando que la brisa nocturna acariciara mi rostro. Las luces de la ciudad parecían titilar en la distancia como estrellas caídas, y por un momento me sentí parte de algo más grande, más significativo. Cuando llegamos al parque, la hierba se extendí
Tyler El bullicio en los estudios era el mismo de siempre: técnicos corriendo de un lado a otro, actores repasando líneas y el sonido de los equipos siendo ajustados. Pero nada de eso me preocupaba en ese momento. Apenas puse un pie en el edificio, Greicy me estaba esperando en la puerta de su oficina con los brazos cruzados y una expresión de furia contenida en su rostro.—¿Dónde demonios has estado? —preguntó, su voz un susurro afilado mientras cerraba la puerta tras de mí.—Buenos días para ti también, Greicy —respondí con una sonrisa ladeada, tratando de calmar el ambiente.—No me vengas con eso, Tyler. Te he estado llamando y no contestaste ni una sola vez —me espetó, señalándome con un dedo acusador—. ¿Cómo quieres que me calme si estás en todas las noticias? ¡Dime quién es la chica misteriosa a la que le cantaste anoche en el karaoke!Me encogí de hombros y me dejé caer en una de las sillas de su oficina, sin borrar la sonrisa de mi rostro.—Tanto drama por eso… Qué bueno que
Nahya El aire se sentía pesado, como si cada partícula estuviera cargada de electricidad estática. Desde que Tyler dejó el sobre en mis manos, no había logrado apartar la mirada de él. Sus palabras resonaban en mi cabeza, entrelazándose con mis propios miedos.“Creo que encontré dónde vive tu padre.”Mi respiración se volvió lenta. Cada latido de mi corazón era un tambor al borde del colapso. El mundo a mi alrededor se desdibujaba, las paredes parecían acercarse y mi visión se llenaba de pequeños puntos negros. Sabía lo que venía, pero no podía detenerlo.El suelo se escapó bajo mis pies. Mis rodillas se doblaron y, antes de darme cuenta, estaba en el suelo. Mi pecho subía y bajaba sin control, el aire apenas alcanzaba mis pulmones. El ataque de pánico me envolvía como un manto oscuro, pesado y opresivo.—Nahya, respira conmigo. —La voz de Tyler era un faro de luz en medio de la tormenta. Sentí sus manos en mis hombros, firmes pero suaves, guiándome de vuelta a la realidad.Mi cuerpo
20 de marzo, un día tan común para mí. 21 años, exactamente hace un año, hoy. Me sentía sola y día a día, me preguntaba ¿realmente estoy sola?... Pero mis pensamientos siempre decían lo contrario. Vamos, Nahya. Tienes a Flor, la mejor amiga de todos los tiempos, te quiere, siempre está para ti, te apoya y te ama como una hermana. Está Jimena, no es muy expresiva, pero te quiere… a su manera, pero lo hace. Matt el hermano que la vida te regaló, ha estado para ti toda tu vida, desde tu infancia y es una bendición que siga a tu lado. Jason, un amigo genial, que te apoya y está para ti 24/7 y finalmente puedo decirlo hoy, está Tyler. Exactamente, no sé qué decir de él, en tan poco tiempo se ha convertido, en alguien tan especial, que me da tanto miedo, sentir frente a él… siento que estoy lista para que me conozca y sepa realmente qué ha pasado en mi corta vida, pero me da miedo, me da tanto miedo. Él ha sido un pilar en los últimos meses y estoy tan agradecida por él. Me levanto de la
La sala parecía quedarse en silencio, como si el tiempo se hubiera detenido. Mi padre me abrazaba fuerte, temblando igual que yo, como si tuviera miedo de soltarme y descubrir que todo era un sueño.—Mi pequeña… mi princesa… —susurraba una y otra vez, con la voz rota, mientras sus manos temblorosas acariciaban mi cabello.Yo lloraba como no había llorado en años, desahogando en ese abrazo todos los miedos, todas las noches solas, todas las veces que soñé con este momento y creí que jamás llegaría.Sentí unos pequeños brazos rodear mis piernas. Al mirar hacia abajo, ahí estaba ella: Naychel, abrazándome también, con los ojitos brillantes por las lágrimas.—Nahya... —dijo, con su vocecita dulce— ya no estás sola. —Me quedé mirándola, las lágrimas empañando mi visión. — Estamos nosotros ahora. Papá, mamá Sofía… y yo. — Su sonrisa era tan pura, tan llena de amor, que me derrumbó aún más. —Mi sueño… —continuó, emocionada—. Mi sueño siempre fue conocerte, tener a mi hermana mayor conmigo.
Me removí entre las sábanas, aún medio dormida, estirando el cuerpo para desperezarme…o al menos eso intenté, porque algo me lo impidió. Un peso cálido rodeaba mi cintura. Bajé la vista y una sonrisa tonta se me escapó al ver el brazo de Tyler descansando sobre mí, fuerte y seguro.Recordar la noche anterior, me calentó el pecho con un cosquilleo suave, como una caricia invisible. Con cuidado, me giré hacia él y me acerqué, apoyándome en un codo. Le di un beso casto en la mejilla, uno de esos que solo quería dejarle como un secreto. No se movió ni un poquito. Tyler era una roca durmiendo. Contuve una risa silenciosa, apartando su brazo con suavidad, y me deslicé fuera de la cama. Sentí una pequeña molestia en la parte baja del abdomen. Pero no le presté mucha atención. Me puse la bata a toda prisa, sintiendo la brisa fría en la piel descubierta y me refugié en el baño. El espejo me mostró mi reflejo despeinado, los labios aún hinchados de tanto sonreír. Me lavé los dientes, dejé que