Me quedo callado, casi impresionado, ante la propuesta que nunca vendría venir de parte de ella.
¿Una cita..?
–¿Te refieres a salir..? ¿Tú y yo? –Nos señalo con torpeza.
–Bueno, podría ir con el gnomo de jardín, pero me parece más adecuado ir contigo –comenta con burla.
Lo pienso por unos segundos, explorando cada posibilidad y error que podría haber.
–No me dirás a donde iremos ¿verdad? –deduzco finalmente. Esa respuesta básicamente era un sí definitivo.
–Nop. –Sonríe, como si nada