Capítulo XXI

Narra Caín 

Cuando llegamos al campamento  mí luna extrajo un poco de su sangre para purificar todas las armas que utilizaríamos en la guerra. Teníamos un plan solo faltaba que saliera como lo esperábamos.

***

El gran día llegó, nos desplazamos a la frontera que dividía nuestras comunidades con las de los humanos. Éramos ocho manadas en total y junto a nosotros nos acompañaban algunos miembros del comité elegidos por los Jakä. Algunos atacarían en su forma humana para atacar con las espadas y otros en su forma lobuna. 

El laboratorio estaba localizada en un lugar solitario, cubierto por bosque, este lugar era de un sola planta, con portones altos, y ventanales de vidrio. Nos dividimos en varios grupos, cada

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