Alai
Estaba asustada por el grito que metió Max, nunca lo había visto tan cabreado.
- No me dirás - me grita y, como estoy tan sensible, se me llenan los ojos de lágrimas.
- No vayas a llorar, dime mejor quién te hizo eso, Alai.
- Te lo voy a decir, pero debes prometerme que no harás nada - le digo con la voz temblorosa.
- Habla ya - me suelta.
- Fue Federico. Se enteró del embarazo y se puso como loco - veo cómo su cuerpo se tensa.
- Ese infeliz no puede dejar sus putas manos quietas, voy a matarlo - coge su chaqueta y se dirige a la puerta, pero yo corro y lo tomo del brazo.
- Max, me prometiste que no ibas a hacer nada - le digo casi gritando.
- ¿Cómo no quieres que haga nada si acaba de lastimar a mi mujer? Mira ese morado que te dejó - me señala el brazo.
- Ya lo sé, pero no vale la pena. Por favor, no hagas nada - él respira profundo y luego me mira.
- Está bien, no voy a hacer nada - yo sonrío y lo beso en los labios, pero él está serio, se despega de mí y se encierra en su desp