~Pov del Narrador~
En ese instante, Serenia comprendió por qué la mesa había permanecido en un silencio incómodo. Había observado que su nuera era una joven excepcionalmente capaz y que, si había logrado capturar el interés de su hijo, debía ser una mujer especial.
—Lo siento si te incomodé, Alisha —musitó la mujer, con un rubor de vergüenza en las mejillas.
Alisha, con una suave negación de cabeza, le indicó que no tenía por qué disculparse.
—¡Vaya, vaya! ¿Serenia Müller disculpándose? ¡Esto sí que es nuevo! —entonó Antonia con una sonrisa divertida.
Todos en la mesa vacilaron por un momento, sin saber cómo reaccionar. Sin embargo, cuando Serenia soltó una sonora carcajada junto a ella, la tensión se disipó como si nunca hubiera existido.
—Alisha, pero cuéntanos más de tus padres —interrogó Antonia, con la genuina curiosidad de saber de dónde había salido una mujer tan deslumbrante que había logrado enamorar a Damien.
No era la única. El resto de los presentes, que apenas la co