35. Nuevos horizontes
Dos años después…
Estoy tan emocionada, es la primera vez que vamos a pasar un fin de semana juntos, solos, sin nadie que nos moleste. Mi cumpleaños estos últimos años se ha convertido en un hito entre Felipe y yo. Y éste año no será la excepción.
Mamá no ha dejado que tía Carmen me preste su auto, por lo que hemos decidido venir en bus a la playa. Carolina, una compañera de mi actual trabajo, nos dio un excelente dato de un hostal donde podríamos alojar, ya que nuestra intención es salir y conocer.
—¿Quieres dormir un momento mientras llegamos? —Le pregunto a Felipe, mientras tomo su mano.
—No tengo mucho sueño, a pesar que dormí poco —dice, regalándome una sonrisa y tomando mi mano entre las suyas.
—¿Aún estás molesto por lo del auto? —pregunto afligida.
—Deja eso amor, nada va a opacar nuestro viaje, ¿sí? —dice serio.
—Lo sé, amor, pero quiero que lleguemos con otro chip a la playa, sin cosas sin decir… ¿me entiendes? —explico.
—Está bien. Sí, estoy enojado. Pero ya sabemos cómo es