¿Acompañar a Alejandro a una cena de negocios?
Comparada con la familia de Mariana, ¿qué lugar podía tener ella?
—Yo… yo vine a… —Lola tartamudeó, incapaz de decirlo.
Frente a la mujer legítima, ¿cómo atreverse a confesar que la habían mandado para sustituirla?
—La abuela la llamó para que me acompañara esta noche —dijo Alejandro con calma.
Las mejillas de Lola se tiñeron de rojo al instante.
—¿Ah, sí? —Mariana arqueó las cejas, sonriendo con ironía—. Ya veo.
—Yo… —
—Señorita Hernández, no es por desanimarla, pero en esas cenas solo se sientan grandes empresarios extranjeros. Su presencia podría causar malentendidos. Además, la comunicación… quizá no sea tan fluida. —Mariana hizo una pausa calculada antes de continuar—. ¿Cuánto sacó en el IELTS o en el TOEFL? Bueno, dejemos eso de lado: ¿Puede sostener una charla normal? Y ni hablar de los términos técnicos, que en nuestro medio son indispensables. Supongo que también los domina, ¿verdad?
—Yo… —Lola no pudo articular una sola palabra.