—Entonces prepárate para mí...
—¿Qué quieres decir...?
—Verás... —Los ojos de depredador lo dominaron de nuevo mientras desataba el cordón en una cadera de mi bikini, sus labios reemplazando la tela ahora ausente.
No me aparté del placer de su tacto mientras mi cadera se movía hacia él, mis manos apretando la colcha de la cama.
Observaba, hipnotizada, mientras se movía a mi otra cadera, desatando el último nudo de los shorts del bikini antes de volver a colocar sus labios contra mi cadera.
Podía sentir cómo se extendía la humedad de mí, sentir la anticipación de lo que iba a suceder, potencialmente, mi perdición.
Con respiraciones profundas y constantes, observaba cómo sus dedos se movían hacia mi centro inferior, un dedo abriendo mis labios inferiores para darle mejor acceso.
Mordí con fuerza mi labio, haciéndolo sangrar, mientras sus propios labios depositaban un beso en mi clítoris... antes de que su lengua lo lamiera.
—Maldición. —murmuré, una sonrisa traviesa formándose en sus lab