Punto de vista de Carla
Ni siquiera podía estar sola para preparar un viaje que ni siquiera deseaba hacer.
Si no era Héctor respirándome en el cuello, era Elena.
Recorrí por mi cuenta la Casa del Alfa, esperando que algo despertara un recuerdo.
Mi loba seguía sanando, así que no tuvimos más remedio que obedecer su orden de marcharnos. Algo que ya había notado era que el lobo de Héctor era más fuerte de lo que parecía.
Héctor me observaba cuidadosamente mientras entraba en su oficina, sus ojos siguiendo cada uno de mis movimientos con una especie de hambre oculta en su profundidad. Esta era la última habitación que explorar, pero al igual que en las otras partes de esta casa... en blanco.
¿Quería irme...? No.
Pero tampoco quería quedarme en una manada que tampoco conocía.
Mi loba decía que lo mejor era seguir a nuestra pareja...pero ni siquiera lo conocía.
Podía sentir algo dentro de mí llamándolo, si no estaba en la misma habitación que él, mi loba se lamentaba en mi mente.
Tuve que gr