Capitulo 2

- Bien, acabemos el juego señoras, suavemente cogemos la esfera, despacio la acercamos a la boca de nuestra pareja - dijo demostrando fisicamente como hacerlo- rozamos lentamente la esfera en los labios de él y con cuidado introducimos la esfera en su boca, el chocolate se va deshaciendo rapidamente, con una mano sujetamos a nuestra pareja por la nuca, la atraemos hacía nuestro cuerpo, acercamos nuestros labios, y le besamos justo antes de que la esfera explote - la boca de Julia comenzó a sentir las explosión de burbujas que la boca de aquel hombre le pasaba con la lengua, jugueteando con su paladar y su propia lengua, besándolo mientras él la apretaba contra su propio cuerpo erguido por la excitación y el deseo, sus dedos comenzaban a subir por su espalda semidesnuda. El sabor del chocolate, el champan efervescente y la canela habían imnotizado a todos en la sala, hasta el punto de oir algún que otro tímido gemido. - Creo que nos vendría bien a todos una copa de champán! - exclamó Julia haciendo un pequeño gesto a los camareros para que sirvieran el champan. Bebió su copa, y comenzó a recoger sus cosas.

- Juls!-gritó Noel- Has estado fantástica!

- Tu crees? No sé, quizás me he excedido un poco.

- No seas boba, oye, podrás ir sola a casa? - preguntó señalando aun guapo joven que le esperaba en la barra.

- No te preocupes Noel, es tarde, me quedaré a dormir en el hotel, pasalo bien, nos vemos el lunes. Julia se dirigió a la recepción del hotel, después de saludar a las personas asistentes al evento, y tras pedir una habitación, reservó el desayuno para la mañana siguiente, y tras un largo baño, se metió en la cama, estaba rendida y excitada. No dejaba de pensar en el beso con aquel camarero, dios! Jamás había sido una mujer libertina y liberal como para besar a un desconocido, un desconocido altamente atractivo, recordó, joder! Año y medio sin pareja, y un simple beso le despierta toda su líbido y exictación de mujer, intentó recordar al camarero, alto, moreno, ojos negros y miranda profunda, manos suaves y olor a jazmin y madera, finalmente se quedó dormida.

A las diez de la mañana, llamaron a la puerta de la habitación, enfundada en un albornoz blanco, abrió y lo vió.

- Buenos días, Su desayuno - dijo el camarero de la noche anterior empujando un carrito, con zumo de naranja, tortitas de platano con miel y un smoothie de espinacas y pera.

- Tú? - dijo Julia sentándose a desayunar, estaba hambrienta. El se sentó frente a ella, en un pequeño sofa.- Qúe me miras? No tienes que trabajar?

- No!- dijo mirándola fijamente. - Anoche, el beso ... - susurró sonriendo

- Tranquilo! Solo fue un beso - mintió

- Fue más que un beso - dijo el tajante. - Juls bebió un sorbo del smoothie, retándole con la mirada.

- Te aseguro que no, te lo demostraré, la esfera hizo que te sintieras extasiado, no el beso. - se acercó a él, y mirándole a los ojos volvió a besarle, un beso sin sabor, sin dulzor, pero lleno de pasión y electricidad estática que ni ella misma hubiera imaginado que se volvería a repetir. Se despegó de él, rapidamente.

- Umm! Espinacas y pera, me gusta. - se rió él poniéndose de pie, observando la docena de tarjetas que había sobre la mesilla de noche.- Hiciste nuevos amigos - confirmó él. Ella cogió las tarjetas y se las puso en la mano.

- Ninguna de estas personas me interesa, no me gusta la gente superficial, materialista y llena de dinero y fama. Puedes quedártelas. Te agradezco que me ayudaras anoche, de verdad, eres un hombre que transmite confianza, y seguridad ... Haremos una cosa, en agradecimiento te invito a comer, si esta libre

- Lo estoy, dos y media? En la recepción?

- Perfecto - dijo ella viendo como salía de la habitación - Espera, no se tu nombre? - el ya no la oyo, en ese momentó sóno el movil de Juls, nuevo mensaje de correo:

Stra. Baldim, enhorabuena por su evento de anoche, la dirección del hotel Sanz Glor está más que satisfecha de los resultados obtenidos, por ello, deseamos contratar con usted, un evento mensual, el primer viernes de cada mes, durante el presente año. Esperamos su respuesta. Atentamente, Sr. Mario Sanz.

Juls estaba impresionada, tenía por delante 10 eventos más, eso hacía posible alquilar aquel pequeño local para montar su pequeño obrador. Llamó a la inmobiliaria, y tras varias gestiones puso en marcha las obras y la decoración. Cuando se dió cuenta, ya habían dado las dos y media. Tras ponerse un vestido ibicenzo blanco con florecitas azules, una deportivas blancas, una coleta alta, cogió su bolso y bajó corriendo las escaleras. En la puerta del hotel, pudo ver al camarero hablando con los dos porteros, ya no llevaba el traje de chaqueta, sino unos vaqueros grises y una camisa blanca, Juls comenzó a acalorarse, realmente el camarero lograba sacar en ella todas las ganas de desmelenarse. Sea acercó a él, justo cuando uno de los porteros le decía: esta todo controlado capi!

- Hola -saludó ella

- Hola - dijo él sujetándola del brazo mientras la acompañaba fuera del hotel. - Y bien? Tu diriges!

- Te gusta la comida marroquí?

- Si la comparto contigo seguro que me gustará

- Cerca de aquí hay una food truck que sirven comida marroquí muy rica - caminaron unos veinte minutos, en los que Julia no dejó de hablar en ningún momento, ese hombre le ponía los nervios a cien. Al llegar, ella pidió por los dos, una ensalada de cuscus y pollo al curry. Se sentaron en las escaleras de la plaza, mientras comían él no dejaba de observar a Julia, quien no paraba de hablar de la comida, como estaba hecha, los ingredientes que llevaba, incluso se relató el origen del curry y el cuscus.

- La verdad, estoy un poco decepcionado - dijo él.

- No te ha gustado la comida,

- Me ha encantado, pero supuse que una repostera como tú, incluiría un postre. - Julia sonrió con malicia, recogió los platos y las botellas de agua, le agarró de la mano y le arrastró escaleras arriba.

- Así que quieres postre? Dame un minuto - y la vió desaparecer detrás de la fuente que ocupaba el alto de la plaza, él la esperó sentado en el borde amurallado de la fuente, dos minutos después apareció Julia con una copa de tres bolas de helado. - Coco, mango y piña - le dijo ofreciéndole una cucharilla. El la cogió y sonriendo la clavo en el helado de piña.- Qué haces?

- Qué?

- Así no, sigue el orden o el sabor será diferente, y tienes tres helados de diferentes sabores, es para saborearlos en conjunto o individualmente, así - dijo ella cogiendo su cucharilla, arrastrándola de abajo arriba se la ofreció a él - prueba! El abrió la boca y probó. Un sabor refrescante inundó su paladar. Así compartieron un helado triple que llegó a excitar al camarero, quien no podía entender el efecto que tenía en él la comida cuando la compartía con ella. Después de pasar la tarde caminado por la ciudad, y ya devuelta camino al hotel, Julia se dió cuenta de que no había parado de hablar de ella, de su trabajo de sus aficiones, de pronto se paró en seco al llegar a la puerta del hotel.

- Dime una cosa, supongo que tus padres te pusieron un nombre cuando naciste verdad? - dijo irónica frunciendo el ceño. A él se le escapó una carcajada al oir eso. - Qué llevas en el bolsillo? Me pones nerviosa con tanto misterio sabes? No me malinterpretes, te he contado casi mi vida en verso, en cambio tu ... Vamos, que si no quieres no hace falta .... Que ... A veces, puedo ser bastante aburrida, lo sé, es igual, mira, ha sido agradable pasar la tarde contigo, en serio,- Joder Julia has aburrido al pobre camarero con tus lios mentales - su mente comenzó a maquinar y a darle vueltas a su actidud aquella tarde

- Me dejar hablar ya? - le dijo haciéndola callar, sacó del bolsillo las tarjetas que ella le había dado por la mañana en la habitación, y se las entregó.

- Ya te dije que no me interesaba hacer contactos con nadie del evento - dijo ella al mismo tiempo que las rompía.

- Pasar el día contigo hoy ... Ha sido estupendo, lo he pasado genial, eres una mujer muy interesante, y me gustaría que volviéramos a salir. - él la agarró de las manos - Mi nombre es Mario ... Sanz - ella intentó soltarse pero él no la dejo, aún así dió un paso atrás.

- Mario Sanz? - recordó que ese era el nombre que figuraba en el contrato y el cheque que habia recibido por el evento.- Tu eres el dueño del Sanz Glor? - se sintió engañada y tonta por haber creido que era un camarero del hotel.

- Sé que estas enfadada en este momento conmigo, no era mi intención engañarte, de verdad, tu, me dejaste claro anoche lo que pensabas de ... Ciertas personas, en las cuales no me gustaría que me incluyeses, porque yo no soy como tu estas pensando, no me juzgues por mi apellido, Julia, deja que te demuestre como es Mario, solo yo, Mario.

- No tengo derecho a juzgarte, y no lo haré, pero no voy a salir contigo, nunca mezclo el trabajo con mi vida personal, teoricamente eres mi jefe, tu firmas los cheques que me llegan.

- En ese caso, puedo cancelar todos tus contratos ... Y ...

- Lo harías? -dijo enfadada

- No, porque no sólo perderías tu, el Sanz Glor también perdería, así que mantener los contratos nos favorece a los dos. Te propongo una cosa, pasemos el domingo juntos, y si al final del día de mañana no quieres volver a verme, lo entenderé, las relaciones son cosa de dos.

- En este momento de mi vida, no estoy abierta a ninguna relación - dijo soltándo sus manos, necesitaba mantenerse alejada para poder disimular lo que él le hacía sentir con sólo rozarla.

- Empecemos entonces por una relación de amistad, te espero aquí mañana, sobre las seis de la mañana, si no vienes, entenderé que no te intereso.

- seis de la mañana?

- Saldremos de la ciudad - dijo dirigiéndose a la puerta del hotel. La mente de Julia empezó a volar, a imaginarse toda una pelicula de esas románticas, tipo cincuenta sombras de Grey.

- Mario! Nada de aviones, helicopteros, lujo .... Ni sorpresas fuera de lugar, no me gustan las peliculas ñoñas- gritó enfadada. El se giró para mirarla, ironicamente divertido lo que la mente de aquella mujer podía llegar a imaginar en medio segundo.

- No soy Cristian Grey, Julia - dijo divertido. Julia tragó saliva al oir tal afirmación, en su mente ya se había imaginado en la cama con el supuesto camarero, que ni era camarero ni era Cristian Grey. - Por cierto, esas zapatillas te vendrían bien para mañana

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