Capítulo 4

Los días posteriores a esa discusión han sido peor, ahora se la pasan gritando por toda la mansión, incluso en la noche no dejan de discutir, la situación es tan delicada que Henry termino por salirse de la habitación que comparte con mi mamá. Hoy es fin de semana, pero como ninguno de los dos se quiere ver, se han ido a trabajar, dejándome sola en casa.... como siempre.

Miro mi teléfono con aburrimiento, lo tiro a un lado de mi cama al no encontrar nada interesante para hacer con él, pero este rebota y cae al suelo, resoplo con fuerza y decido dejarlo ahí, o al menos esa era la idea principal, pero ha empezado a sonar. Termino por arrastrarme por mi cama hasta llegar a la orilla y tomarlo del suelo, es un mensaje de mi mejor amiga, Renata, diciéndome que irán a la playa a pasar el rato y me ha preguntado si quiero ir, me dijo que irá Preston, el chico popular y sexy del instituto. Sin dudarlo, le dije que iría.

De un salto bastante animado me he levantado de mi cama, busqué una mochila y empecé a guardar mis cosas, cuando voy a buscar mi traje de baño, no me decido por cual usar, el de dos piezas que el calzón es casi hilo dental o el entero que es más discreto; en realidad me gustaría usar el de dos piezas porque es nuevo, perooo. Decido usar el de una pieza, no quiero ni necesito que él me vea.

Una vez que tengo todo listo, me cuelgo la mochila en la espalda y bajo corriendo las escaleras, detrás de mi viene pastelito, pensando que voy a jugar con él, tomo las llaves de mi auto y abro la puerta principal de un tirón, pero para mí mala suerte, me encuentro con Henry, que estaba a punto de abrir la puerta.

—Wow— Reacciona con sorpresa mientras da un paso atrás. —¿A dónde crees que vas, jovencita?

Al verlo en la entrada, no pude evitar sisear un “Shit” en voz baja mientras sonreía enseñándole mis dientes, esperando a que mi falsa sonrisa lo haga olvidarse de que estoy aquí en la entrada como normalmente lo hace, ya que cuando regresa del trabajo esta tan cansado, que le importa una m****a lo que haga, ahí es cuando aprovecho para escaparme e irme a pasear con mis amigas.

—A la playa— Respondo con obviedad. —Me acaban de invitar mis amigos y pienso ir ¿Por qué?

—¿A quién le pediste permiso? ¿Le avisaste a tu madre?

—¿De verdad tengo que pedir permiso? Por todos los cielos, tengo quince años.

—Aja ¿Y? — Arquea una ceja y camina hacia el interior de la casa, empujándome con su cuerpo para que regrese adentro. —Eres menor de edad y no te mandas sola, vives bajo nuestro techo y debes decirnos a dónde vas, con quien vas y a qué hora regresas.

—Voy con mis amigas a la playa, debo volver como a las tres de la tarde ¿Ya puedo ir?

Él suelta una leve risa y niega con la cabeza, luego extiende su mano en mi dirección, pidiéndome las llaves de mi auto, enojada, se las entrego y suelto un gruñido de enojo al tiempo que golpeo el suelo con el pie. Henry me dice que, si le hubiera pedido permiso, me dejaba ir, pero como quería salir de casa a espaldas de los dos, me ha castigado. Molesta y frustrada, regreso a mi cuarto, en donde tiro mi mochila contra la pared, ahora mismo me encuentro haciendo una rabieta.

Tomo una gran bocanada de aire y la dejo salir con suavidad, tranquilizándome lo mejor que puedo. Saco las cosas de mi mochila y decido estrenar mi bikini. Una vez que estoy cambiada, enrollo mi toalla alrededor de mi cintura y me dirijo a la piscina, en el camino no he visto a Henry, debe estar en su cuarto lamentándose de que su mujer no quiere coger.

Estando en la orilla de la piscina, dejo caer la toalla al suelo y me siento, pongo mi teléfono enfrente de mí y le marco a mi amiga, avisándole que no voy a poder ir porque mi maldito padrastro amargado no me ha dejado ir, ella refunfuña entre dientes y escucho que les avisa a los otros que no voy a poder ir, a lo lejos escucho la voz de Preston diciendo que es una lástima que no vaya, mi corazón da un vuelvo al escucharlo y una pequeña sonrisa se dibuja en mis labios.

—En fin.... quizás me den permiso de salir, solo avisame con algo más de tiempo ¿ok?

Cuelgo la llamada y me meto a la piscina, un gemido de placer se me escapa, está fresca y con el calor que hace, viene de maravilla. Me quedo nadando un rato hasta que mi teléfono vuelve a sonar, me seco las manos y contesto la llamada.

Es mi amiga, que me pregunta si pueden venir a mi casa a pasar el rato, le he dicho que tengo que preguntarle a mi padrastro, le dije que en un rato le llamaba, antes de colgar dijo que me apure. Le contesté que no me apresure y que no me hable de forma altanera, se ha disculpado y me dijo que tiene algo importante que decirme, emocionada, me levanté rápido de mi lugar y me apresuré al cuarto de Henry.

Estando en la entrada, toco a la puerta y escucho que me da permiso de entrar, asomo un poco la cabeza y veo a mi padrastro acostado en su cama, está viendo la tele. Le dedico una enorme sonrisa, tomando una actitud ligeramente infantil y tierna, él arquea una ceja y me pide acercarme.

Camino hacia él como si fuera la niña de sus ojos, al ver que estoy en traje de baño, se soba la frente, pero no me regaña, me siento a su lado y le pido permiso para que mis amigos puedan venir a casa, observa su reloj de pulsera y me dice que tienen hasta las cinco de la tarde para irse. Entusiasmada y feliz, lo abrazo con fuerza y le doy varios besos en la mejilla, él se ríe un poco, dándome suaves palmaditas en el brazo.

Sin decirle nada más, me doy media vuelta y salgo corriendo de su cuarto, cerrando la puerta de un fuerte portazo, de regreso en la piscina, le llamo a mi amiga y le aviso que me dieron permiso, ella les avisa a los otros y me dice que en un rato están aquí. Emocionada, entro a la cocina y le aviso a la criada que me ayude a preparar botanas para mis amigos. Hacía mucho que no recibía visita, más que nada por las discusiones de Henry y mi mamá.

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