Brooke
El silencio tras sus palabras era denso, como si cada letra que Aleksei había pronunciado se hubiese quedado suspendida en el aire, flotando entre ellos como cenizas después de un incendio.
Brooke no sabía si debía sentirse aliviada o aún más rota. Le había dicho la verdad, sí, pero no era una verdad fácil de digerir. Una organización sucia por dentro, enemigos, oscuridad. Un mundo donde ella no pertenecía. O al menos, eso creía hasta ahora.
Aleksei le sostenía la mano con suavidad, casi con miedo. Y no parecía invencible. No era el hombre que irrumpía en su vida como un huracán, sino alguien que, por dentro, parecía tan asustado como ella.
—¿Tienes miedo de que me aleje? —preguntó Brooke, sin retirar su mano.
Aleksei asintió, lento.
—Más de lo que he tenido miedo de nada en mi vida.
Ella bajó la mirada, sintiendo cómo su corazón seguía latiendo con violencia en su pecho. Era tan fácil dejarse arrastrar por lo que sentía. Por él. Pero esta vez, necesitaba tener los ojos abierto