Jenna miró al hombre, quien le regresaba la mirada con furia desmedida, tanto que ella se vio tentada a renunciar en ese mismo instante.
—¿¡No me has escuchado!? —preguntó un furioso Noah—. ¿¡Cuántas veces tengo que decirte que no me interesa tener a nadie aquí!?
—Claro que le he escuchado y puede decirlo todo el día, al final igual voy a ignorarlo —respondió la mujer tratando de contenerse—. Me han contratado para cuidarlo y es exactamente lo que haré de ahora en adelante, puede quejarse lo que quiera, pero así es como funcionan las cosas. ¿Es que acaso cree que hago esto por gusto?
Jenna se preguntó cómo diablos iba a hacer todo el trabajo cuando tenía nulos conocimientos en el tema, aunque supuso que no había mucho qué hacer al respecto, por lo que decidió que buscaría información para al menos saber cómo lidiar con ese hombre.
Judah se dijo que la chica tenía un reto enorme y esperaba que no claudicara o de lo contrario, se vería en problemas para cuidar de él.
Observó a la joven