Las relaciones entre amigos, son difíciles... sin embargo, lo son más cuando hay sentimientos de por medio ¿o no? Primera entrega de Más que amigos
Leer másUn mensaje. Dos mensajes. Tres mensajes.
Exasperada tomé mi móvil y abrí un ojo fijándome en los mensajes de Danna, bufé dejándolo en la mesilla sin prestar atención, sumergiéndome en las cobijas.
Un mensaje. Dos mensajes. Llamada.
- ¡Joder! Que quieres. Trato de dormir – Chillé al descolgar.
- Que genio. No se te olvide que soy mayor que tú cuatro meses – contestó
Rodé los ojos.
- No se te olvide que soy más... baja que ¿tú? – enarqué las cejas negando. Que defensa, Isabella. Que defensa.
- Eso no lo discuto, bella – rio – levántate, estoy en diez en tu casa – afirmó colgando antes de que pudiera contestar.
Quité las cobijas de mi camino y a regañadientes me dirigí al baño.
Despues de una ducha rápida, sequé y cepillé mi cabello, dejándolo en un cebollín alto, un poco desordenado.
Tomé de mi armario unos shorts de mezquilla, esqueleto negro, leñadora blanca de cuadros negros y converses blanco.
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Al terminar de desayunar un vaso de leche y galletas con mermelada, salí a toda prisa chocándome con Aarón. Mi hermano mayor.
- Fuera de mi camino – empujé abriendo la puerta principal.
- ¿Otras vez tarde? – rio recargándose en el umbral diciendo lo último casi a gritos.
Danna, que estaba impaciente, hizo sonar el claxon tres veces más mientras corría a subirme al auto.
- ¡Adiós! – grité dando un salto al mismo tiempo que mi mejor amiga aceleró.
Tomé varias respiraciones.
- ¿Qué pasó? – pregunté de inmediato al fijarme que la chica rubia sostenía el volante con bastante fuerza, completamente callada.
- ¿Por qué lo crees?
Me giré a verla con obviedad – Dilo – ordené
Esta farfulló algo por lo bajo para mirarme unos segundos a través de sus ojos marrones.
- Te tengo una propuesta – dijo sin quitar la vista de la carretera.
- ¿De qué trata?
- Imagínate que conocí a un chico hace unas semanas. Cool, guapo e inteligente. Buen partido... – afirmó
Volví a ver hacia la ventana, cortándola – al grano.
- ¡Bien! – Gritó levantando las manos del volante – es muy majo, me agrada. Empezamos a salir anoche y quiere conocerte y yo a su mejor amigo. Con el fin de juntarlos. Os llevareis muy bien, lo juro, además también...
- ¡¿Qué?! – chillé volteándome a verla casi rompiéndome el cuello en el acto.
- Por favor, será divertido, os conoceréis todos, comeremos pizza y...
- No, Danna. No quiero tener algo que ver con un hombre y menos ¡salir con el! ¿Qué tal si es un psicópata que escapó de un psiquiátrico? ¡Moriría! – dramaticé moviendo los brazos alarmada.
Sé que no sucederá, sin embargo, si es la única manera de evitar que crea que iré, alabado sea el señor.
- No seas melodramática. Viene de New york, no de un psiquiátrico – murmuró estacionando el auto junto al de María.
- En New york también hay psiquiátricos... – afirmé en voz baja
Danna despues de apagar el motor se giró a verme - No irás ¿verdad?
Asentí – No iré, jamás. Lo lamento – murmuré saliendo del auto a su lado
- Vale. Nos vemos en el descanso – dijo emocionada saliendo a correr.
¿De qué me perdí? ¿No se supone que debería estar triste porque no acepté? ¿No feliz como una lombriz?
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Las primeras horas pasaron volando, donde gracias a Dios no tengo que compartir clase con Danna. Al almuerzo, me dirigí a la mesa donde se encontraban ya sentadas mis amigas.
Me senté junto a María, mientras seguían hablando de cosas banales que les sucedieron el fin de semana.
- Chicas ¿ya les conté que ayer empecé a salir con un chico muy guapo que se llama Eliot? – dijo muy emocionada, por encima de las voces de las demás.
- Sí. Lo repetiste durante las dos primeras horas de clase – comentó María picando su espagueti, cayéndole un mechón de cabello castaño al rostro.
- ¡¡Yupi, Eliot es el nuevo adonis!! Alto, fuerte, inteligente y ¿Que más, Danna? – Preguntó con fingida emoción Malia –...idiota olvidé decir.
Danna por su parte, le lanzó una papa a la cara.
- ¡¡Ja!! Lo dice la chica que no para de idolatrar a su novio desde hace dos años y medio – retó
- Danna... – amenazó Malia.
De inmediato decidí hacer acto de presencia, lanzándoles papas a las dos.
- ¡¡Basta!! Parecéis unas bebes.
- Lo somos – dijeron al unísono sacando la lengua en mi dirección.
María por su parte, alzó la mirada de su plato.
- Además, recuerden que es mejor no tener que andar con chicos, te quitas un peso de encima y gigante ¿eh?
- Bueno, eso es porque a ti no te gusta que se te acerque algún hombre que no sea tu padre. Te aterrorizan – dijo Danna señalándola con una manzana.
- Así la vida es más simple ¡¡y feliz!! – alegó María buscando apoyo.
Alcé la mano, concordando con ella – es verdad. Miradme a mí. Soy muy feliz sin novio – comenté tomando un sorbo del jugo de María.
Ella me alegó de inmediato, pero me levanté llevando mi mochila al hombro.
- Es mi pago
- ¿Por qué? – enarcó las cejas
Salí corriendo despidiéndome con la mano - ¡¡Por apoyarte!!
Tenía miedo, como nunca antes en mi vida, sin embargo, la felicidad podía más con mi cuerpo. Mientras terminé de empacar maletas y alistar los últimos detalles de mi vuelo a Milán, solo pude pensar en una persona. Nicolás. Le extrañaba como nadie, había sido mi mejor amigo desde que llegué a este país, ha sido mi confidente, mi apoyo, mi pañuelo de lágrimas. Fue quien estuvo para mí cuando nadie más lo estuvo y ahora sentía una barrera entre nosotros que con cada día que pasaba era aún más alta y me dolía en cierta forma que me iría en unas horas y no podría despedirme de él como es debido. El me trajo momentos de felicidad incontables veces, me enseñó lo que es amar y también lo que es el desamor, me mostró la verdad aunque me doliera en el alma y jamás me mintió y ahora que habíamos construido esta barrera lo único que anhelaba hace
La vida se puede esfumar en un solo segundo, ay veces que creemos, confiamos en que tendremos toda la vida para poder aventurarnos a un amor prohibido, podremos escalar una montaña e incluso simplemente irnos de casa y entrar a la universidad. Ahora no solo estábamos dejando de ser adolescentes, ya seriamos adultos, personas razonables que tomaban decisiones con consciencia de ciudadano, sin olvidar claro, nuestras prioridades, lo que más anhelamos, lo que queremos realmente. Porque una cosa distinta es lo que quiere tu mente a lo que grita tu corazón, creo que eso sucedió conmigo y con todos en el instituto. Nos dejamos llevar por nuestros corazones incontables veces hasta que perdimos la cuenta de las veces que desobedecimos, desafiamos la realidad, incluso... burlamos la muerte y ahora solo nos faltaba un paso por dar y Sebastián es el principal contendiente de la muerte.
Corrimos por la hierba mojada por la noche, y aun así seguimos sin parar, cogidos de la mano. Me dejé guiar por Nicolás sin importarme por una vez en la vida que pasará después, solo importa el ahora, nada más, ya habrá tiempo para pensar en el mañana. Esbocé una sonrisa quitándome los tacones que amenazaban con dejarme el cuello en dos, pero cuando lo iba a hacer Nicolás me tomó de nuevo en volandas corriendo conmigo como al principio llevándome a través del parque, pasando por unas fuentes encendidas donde gritó emocionado mientras varios jóvenes iban vestidos formalmente como nosotros, sin embargo, no nos importó el qué dirán, solo importábamos nosotros y nadie más. El mundo podría seguir después con su decadencia y destrucción, pero esta noche, solo seriamos nosotros dos, nuestro amor, nuestras vidas entrelazadas por el destino, p
Ya no había que presentar exámenes, tampoco había necesidad de asistir al instituto sin embargo, la mayoría prefería eso a tener que lidiar con el papeleo para la universidad, yo por mi parte quería entrar a la universidad de Milán para estudiar diseño de modas, aunque aún no me han mandado mi carta de aceptación, lo harán a más tardar la próxima semana para estar en dos semanas empacando mis cosas para irme a la otra punta del mundo, lejos de todos. De mi hogar, de mis padres, aunque no tanto de ellos porque siempre viajan a Europa, pero lo más importante, me alejaré de Nicolás. Me aterra la idea, pero al mismo tiempo me siembra mucha ilusión porque así no tendré que aguantar las ganas de ir a abrazarle, de querer hablarle o incluso de quedarme mirándole fijamente en la cafetería mientras él sonríe y habla con sus amigos del futbol o las porristas, incluso con la chica que lo besó. Zoé
Dos semanas después... Solo somos unos adolescentes más de la sociedad en decadencia. De los políticos declarando guerras y la religión proliferando la paz mundial cuando ni siquiera tenemos paz en nuestros corazones. La sociedad es una sola, es una fuerza viviente que no entrega, que nos da y quita a diario cosas del mundo, sin embargo, ahora que seremos dignos ciudadanos del mundo ¿Qué creen que debemos hacer? Solo se una cosa, no hay que quedarnos callados. Dios, cualquier fuerza divina o incluso la ciencia nos proveo de una voz y cuando tenemos esa voz joven y jovial ¿la desperdiciaremos proliferando el silencio? El silencio es el grito más fuerte que puede dar el mundo. La naturaleza ha estado en silencio, la iglesia ha estado en silencio, pero... nosotros, los jóvenes, la nueva generación ¿también n
25 de diciembre Madrid, España 01:00 am Todo da vueltas y la única constante en mi vida es el chico que está a mi lado, rio, pero no recuerdo de que fue, tal vez un chiste, o algo gracioso que vi por la calle, la verdad ya no lo recuerdo, solo sé que quiero vomitar y Dylan no para de balbucear. ¿Qué es lo que dice? - Isabella, te lo digo enserio... – logro entenderle entre los ecos que se forman en mi mente llamando a Nicolás como lo ha hecho la última semana, no quiero saber nada de él, y por ello cambié de número y no he hablado con nadie que esté en Los Ángeles, no me interesa, solo quiero una navidad con mi familia y mi gran
Último capítulo