Cena de amigos

Nicolás se bajó y me abrió la puerta del coche mientras observaba el restaurante asombrada y feliz al mismo tiempo, de que se acordara de nuestro restaurante italiano favorito. Al entrar, el recepcionista nos saludó y le preguntó el apellido, tardó unos segundos en encontrarlo entre unas listas.

- Por aquí, por favor – finalmente nombró cortésmente.

- Ven conmigo – añadió Nicolás tomándome de la mano. Asentí, siguiéndole. El señor nos llevó a la parte trasera del restaurante, donde había un patio decorado muy bonito, habían árboles con artos alumbrados y habían veladoras blancas en el piso, y en el centro del patio había una carpa en donde estaba una mesa para dos personas.

Nos sentamos mientras observaba impactada, cuando Nicolás me vio, esbozó una pequeña sonrisa.

- Esta hermoso, no me esperaba todo esto – murmuré observando cada detalle para memorizarlo y jamás olvidarlo.

- ¿Qué esperabas? ¿Ir a la casa del árbol y comer pizza aguantando frio? – preguntó entre risas. Me giré a verlo encogiéndome de hombros entendiendo de inmediato que yo creí que esa era mi idea de pasar este día.

Nicolás soltó la carcajada negando – Jamás haría eso en una fecha tan importante – mencionó antes de que llegara el camarero para tomar mi orden.

Comimos todo lo normal que se pudo, exceptuando cuando hice que Nicolás se atragantara con una albóndiga al decirle seductoramente que quería que me desnudara en forma de broma y después cuando me miro esperando una respuesta en que dijera que era mentira, me puse lo más seria que ya estaba y le dije que eso quería mientras tomaba un sorbo de agua, a lo que se atragantó aún más con ella. Mientras me moría de la risa.

Después a la hora del postre nos entregaron una copa de chocolate con fresas y crema batida. Al ver la crema batida, cogí un poco en mi dedo y me acerqué a Nicolás ocultando el dedo con crema, mientras me levanté.

Suspiré y le di un beso en la nariz completamente asombrado, para después hacerle una línea de crema batida que empezaba en la nariz, hasta la mejilla. Me alejé muerta de la risa hasta que cogió más crema batida pero en dos de sus dedos y fue corriendo hacia mí. Me quité los tacones y salí corriendo sin rumbo fijo. Al voltear para ver donde estaba Nicolás, tropecé con algo cayendo al piso y el cayendo encima mío.

- Estás bien, ¿te pegaste duro?- preguntó preocupado encima de mí, apoyó todo su peso en sus brazos que yacían a cada lado de mi cara, mirándome para evaluarme.

Asentí – estoy bien – comenté entre risas.

- En ese caso... toma - y me echó en la nariz crema batida.

De inmediato me atacó a cosquillas haciendo que me retorciera debajo de él tratando de que parara hasta que sonó mi móvil. Tomé una bocanada de aire mientras Nicolás se levantó ayudándome también. Corrí hasta mi bolso y descolgué al ver que era Malia.

- Gracias por el vestido, se me olvidó decirte – comenté entre risas mirando a Nicolás que sonreía.

- Isabella – sollozó Malia haciendo que mi sonrisa se desvaneciera – no sabes lo que...

- ¿Qué sucedió? – fue lo único que conseguí decir mientras contenía la respiración. Nicolás se acercó a mí colocando en altavoz el móvil.

- No sé cómo decírtelo – afirmó entre sollozos

Nicolás y yo nos miramos antes de que él hablara – Intenta respirar y dilo – le ordenó mirándome a mí.

- Está bien – logró calmarse – maría... se accidentó

Al instante tomé los tacones y el bolso – vamos para allí – logré decir antes de soltar un sollozo involuntario mientras Nicolás se acercaba a abrazarme.

- Es hora de irnos – murmuró mientras asentí. Tomé aire y salimos de allí.

********

Al llegar al hospital que nos nombró por mensaje de texto Malia, pregunté por María.

- En el segundo piso – afirmó la chica de la recepción. Nicolás me tomó de la mano y salimos corriendo al segundo piso, cuando de pronto me caí por los tacones, al caerme, Nicolás se agachó preocupado. Hice una mueca cuando intente levantarme.

- Vamos, ven. Te ayudo – comentó sin esperar a que dijera algo, me tomó y me levantó como un bebe, mientras volvía a correr

Al llegar al segundo piso, observamos que estaban en la sala de espera Malia, Danna y sus padres.

- ¿Qué paso? ¿Cómo se accidentó?- pregunté con lágrimas cayendo de mis ojos cada vez más rápido, tanta fue la desesperación que olvidé por esos segundos mi tobillo.

- Nos separamos cuando me dejó en mi casa, y después a la media hora me llamaron del hospital. De inmediato los llamé a todos, no sabía que hacer – sollozó Malia mirándome completamente devastada.

Entiendo cómo se siente, fue la única que la vio antes del accidente al igual que yo. Decidimos finalmente, sentarnos a esperar. Al menos hasta que llegara alguien que nos dijera sobre su estado.

- ¿Familiares de María Patterson?

Todos nos levantamos al tiempo que el doctor asintió acercándose a nosotros – No es nada grave, afortunadamente tenía el cinturón puesto, de lo contrario... hubiera sido mucho peor – murmuró soltando el aire – tiene varios hematomas y sufrió una fractura conminuta en el brazo izquierdo, aparte de ello, nada más. Sin embargo, para verificar que todo esté en orden, la mantendremos sedada y le haremos unos exámenes preliminares, para evitar algún derrame cerebral no detectado.

- ¿Eso qué significa? – pregunto la madre de María sollozando

Tome una bocanada de aire – Se fracturó el brazo en varios pedazos, hay que hacerle una cirugía – musite haciendo que todos se giraran a verme.

El doctor asintió explicando con más detalle el tratamiento que tendría las próximas semanas.

- ¿Y la podemos ver, doctor?- preguntó Danna mirándolo fijamente.

- Sí. Solo pueden pasar tres personas... - de inmediato sus padres intervinieron para entrar pero el doctor negó – necesito hablar con ustedes, por favor.

- Claro – afirmó la madre de maría con lágrimas en los ojos, aliviada en cierta manera.

Tomé del brazo a Malia y nos abrazamos para después abrazar a Nicolás, al tiempo que llegaban Eliot y Dylan. Este último se fijó en mi atuendo y la forma en que Nicolás y yo estábamos abrazados y volteó a ver a otro lado.

- Ve con Danna y Malia, yo te espero aquí – murmuró dándome un beso en la frente.

Asentí fulminando con la mirada a Dylan volteándome a ver a Nicolás – llama a Aarón y dile donde estamos – le ordené gentilmente a lo que asintió esbozando una sonrisa. Volvió a darme un beso en la frente para dejarme ir con Malia y Danna detrás de nosotras.

Al entrar a la habitación de hospital de María, le vimos dormida conectada a un aparato que registraba su pulso cardiaco, la cabeza la tenía vendada y tenía varios rasguños y hematomas en el brazo sano y en la cara, estaba pulcramente tapada con una sábana blanca y encima tenía el brazo izquierdo enyesado. Al verle las tres nos quedamos estupefactas y Danna sin dudarlo, arrancó a llorar. Yo por mi parte me abracé a Malia quien lloraba en silencio al igual que yo hasta que decidimos sentarnos junto a la camilla.

Después regresamos a la sala de espera donde Nicolás, Dylan y Eliot esperaban sentados. Me acerqué corriendo a Nicolás, quien me abrazó sin dudarlo dejando que siguiera llorando, me contó después que aun los padres de María seguían hablando con el doctor en el consultorio. Asentí sentándome en el regazo de Nicolás, quien me abrazó cargándome como un bebe, me acerqué más a él hasta que el sueño me venció y quedé completamente dormida entre sus brazos.

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